El cuento narra, con lenguaje sencillo e imágenes claras, la historia de una niña que enseñará a su padre a mirar más allá de los prejuicios. Un argumento, a primera vista simple, pero con un importante mensaje social e integrador ya que se basa en la experiencia del Centro San Rafael que trabaja con personas con discapacidad intelectual. La autora basauritarra explica a DEIA esta enriquecedora experiencia a pocas horas de la presentación en Madrid en un acto que contará con la participación especial de la cantante Rozalén.

¿Cómo surgió esta colaboración con Fundación Estima San Rafael?

Conocían el libro Pan con aceite y miel en el que Patricia y yo tratamos un tema delicado y complicado como es ayudar a un niño o una niña a entender sus sentimientos tras la pérdida de un ser querido. Y se pusieron en contacto con nosotras con la idea de hacer una publicación de ese estilo con motivo del 40º aniversario del centro San Rafael. Nos pareció muy bonito y aceptamos.

Y ¿cuál es el mensaje que se quiere transmitir con este cuento, tanto por parte de las autoras como de la Fundación?

Básicamente que las personas con discapacidad intelectual son muy válidas y tienen mucho que ofrecer y que aportar a la sociedad.

¿Cómo ha sido el acercamiento de Patricia y el suyo a esta realidad?

En mi caso ha estado siempre muy presente en mi día a día. Me he criado en Basauri y mi familia siempre ha mantenido un estrecho vínculo con Javi Conde y su club de atletismo adaptado. Es un referente y le he admirado desde que era niña. Y Patricia, también a través de su familia, conocía la trayectoria y experiencia de la Fundación San Rafael. Para nosotras es un mundo cercano.

¿Fue difícil encontrar el enfoque adecuado para la historia?

No. La metáfora de las gafas salió de la propia Fundación. Suelen explicar a sus usuarios que la gente que solo ve en ellos su discapacidad, es decir, la silla de ruedas, su dificultad para hablar y expresarse o sus problemas físicos, tienen las gafas sucias. Y lo que tienen que hacer es limpiar los cristales para ver mejor, para verles completos y descubrir así, todo lo que tienen que ofrecer. Es lo que pretendemos transmitir con este cuento.

Lo curioso es que esa lección es dada por una niña a su padre...

A veces no somos conscientes de lo que un niño o una niña puede enseñar a un adulto. Deberíamos huir más de la adultocracia.

Usted pone las palabras y Patricia González las imágenes. Defina sus respectivas aportaciones.

Hacer literatura infantil no es fácil. En mi caso, utilizo la síntesis, un vocabulario sencillo y adecuado, y no me gusta nada ser moralista. Y las ilustraciones de Patricia... son maravillosas. Traduce mensajes complejos en imágenes sencillas y alegres. Sus ilustraciones transmiten mucha ternura, tienen luz.

‘Las gafas de papá’ ya fue presentado en Alicante y esta tarde será su turno en la Cafebrería de Madrid con la presencia de Rozalén.

Va a ser muy emocionante. Rozalén ya ha colaborado con la Fundación y estamos agradecidas con que haya encontrado un hueco para acompañarnos hoy. Necesitamos mucha difusión porque lo recaudado con el libro será para la Fundación.