El Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia (CABB) ha culminado la redacción de su nuevo plan de actuación ante la llegada de una eventual sequía que pudiera afectar al abastecimiento de sus abonados.

Una hoja de ruta con diferentes fases en las que el pantano de Ordunte, el embalse ubicado en Burgos propiedad del Ayuntamiento de Bilbao, se ha convertido en pieza esencial de un sistema que coordina de forma conjunta tanto la llegada del agua de este reservorio como del conjunto de embalses del Zadorra en Araba. El nuevo plan de emergencia administra los dos sistemas de forma conjunta, y no como antes que se encontraban separados, lo que aporta una versatilidad importante en caso de época continuada de escasez de lluvias.

Pedro Barreiro, director gerente del CABB, detalla para DEIA que “a partir de ahora consideraremos el embalse de Ordunte como el reservorio de seguridad del sistema”.

Explica que “si en un momento dado los pantanos del Zadorra pasan por tiempos de escasez, siempre vamos a intentar que Ordunte nunca baje de determinados niveles para que pueda mantener el abastecimiento durante un periodo de varios meses, sobre todo en la zona del Bilbao metropolitano”.

Hay que tener en cuenta que el reservorio de Burgos, que se extiende por 139 hectáreas de superficie, cuenta con 22,181 hectómetros cúbicos como capacidad máxima lo que equivale a un total de 22.181 millones de litros de agua. Es una cantidad importante si se tiene en cuenta que mil millones de litros es el consumo habitual durante un año de una población de 15.000 personas.

Aunque la ausencia de precipitaciones pueda ser similar en tierras alavesas y burgalesas, Barreiro concreta que “podemos no traer agua de Ordunte a consumir en Bilbao a voluntad manteniendo, claro está, el servicio a los municipios de Enkarterri, del que se abastecen de forma natural”.

Modo de prueba

En cierta manera el pasado verano el CABB, como gestor del sistema de Ordunte desde que asumió esta infraestructura hidráulica procedente del Ayuntamiento de Bilbao, ya ha puesto en práctica esta fórmula conservadora. El gerente de la entidad consorciada desvela que “el llenado del embalse de Ordunte era mucho mayor que los registrados en Zadorra. Tenía muchos más hectómetros cúbicos que los que había acumulado en años anteriores porque, de alguna manera, Ordunte funciona ya como un elemento regulador de ambos sistemas”.

Mientras el pantano fue gestionado por el consistorio bilbaino “lo hizo desde un punto de vista economicista”, indica Barreiro. Así, aprovechaba al máximo sus reservas en Ordunte para abastecer a sus ciudadanos, algo que no suponía coste económico alguno, y minimizaba la llegada de agua del sistema del Zadorra.

“Ahora optamos por un sistema garantista que supone acumular al máximo el agua en Ordunte”, apostilla el responsable del organismo que agrupa a 97 municipios de Bizkaia.

De esta manera, en caso de un periodo extenso sin lluvias se podrán regular mucho mejor las necesidades de todos los abonados y minimizar al máximo las restricciones que se prevén en el plan de contingencia, el cual consta de cuatro fases en función de la gravedad de la situación climatológica.

La renovación del plan de actuación en épocas de sequía era obligada por la obsolescencia que acumulaba el anterior en vigor ya que fue redactado en 2009 y tuvo como base principal todo lo ocurrido en la dura sequía que azotó el territorio entre 1989 y 1990.

Desde entonces la situación de los sistemas de abastecimiento y las infraestructuras hidráulicas que lo soportan han evolucionado de forma exponencial.

El nuevo documento, que se ha encargado a la limón con Amvisa, el organismo homólogo en Gasteiz al Consorcio vizcaino, recoge todas las novedades implementadas esta década y media, cuenta con el cambio climático como variable en los recursos hídricos de los que se dispondrá, así como con los nuevos dispositivos construidos para proveer de agua a la población fuera de los sistemas habituales en época de bonanza.

La mencionada asunción de la gestión de Ordunte por parte del CABB ha supuesto también la construcción de una gran tubería que conectará por la comarca de Enkarterri los sistemas del Zadorra y Ordunte, logrando así una red redundante que permitirá garantizar el suministro de agua por dos vías diferentes.

Catalunya y Andalucía

Durante estos años también se han invertido muchos millones para construir instalaciones capaces de recoger agua de los ríos, llevarlas a estaciones de tratamiento y proveer a los abonados. “Nunca han llegado a utilizarse pero hay que tenerlas para que si viene una nueva sequía no nos encuentre en una situación dramática como pasa ahora en Cataluña y Andalucía”, reflexiona Barreiro.

La más destacable es el bombeo construido entre Bolueta y Etxebarri que permitirá extraer agua del Nervión para enviarla a la estación de Venta Alta. Esta planta es el mayor recurso antisequía al encontrarse ubicada en el tramo fluvial donde más caudal de agua se junta en Bizkaia, al confluir seis kilómetros más arriba los ríos Nervión e Ibaizabal. Las bombas instaladas son capaces de incorporar al sistema 2.000 litros de agua cada segundo, la máxima capacidad que permite obtenerse de un río para un uso equilibrado de los recursos hídricos.

A esta fórmula para conseguir agua extra solo se acudirá tras activar otros tres operativos que el Consorcio de Aguas tiene construidos y habilitados para las épocas de escasez. En primer lugar se acudirá a las escorrentías del río Arratia, el agua de una serie de arroyos que se puede introducir en el canal de abastecimiento que va de Zeanuri para que llegue hasta Venta Alta de Arrigorriaga.

Si no hubiera suficientes recursos, se activarán dos pequeños bombeos del río Kadagua ubicados en Balmaseda (Berron) y Zalla (Ibarra). Finalmente, se acudiría a otra extracción que se puede efectuar del Nervión a la altura de Arrigorriaga.

Un plan preventivo que afortunadamente en estos momentos no es necesario activar. Todo lo contrario, los embalses que proveen el territorio están casi llenos. De hecho, a primeros de este mes de enero se superó la curva de garantía establecida. Por ello Pedro Barreiro adelanta que “a día de hoy no es nada arriesgado decir que en 2024 no vamos a tener necesidad de utilizar ninguna aporte especial, a no ser que ocurra algo extraordinario como una avería o accidente no previsto”.

Al detalle

Actualización El último plan fechado en 2009

La actualización de este plan de contingencia era necesaria al haber quedado obsoleto el anterior de 2009. Desde entonces han cambiado muchas infraestructuras y actuaciones.

Cuatro fases Para tomar medidas según la gravedad

El documento recoge cuatro escenarios desde uno leve hasta el más elevado de gravedad donde se determina en cada caso las actuaciones a adoptar.

Sin necesidad

Ahora los embalses están llenos

El plan antisequía es hoy irrelevante debido a la excelente situación de contar con embalses llenos en Ordunte y Zadorra y agua segura a lo largo de todo 2024.

La cifra

22,1

Son los hectómetros cúbicos que como capacidad máxima puede acoger Ordunte lo que equivale a un total de 22.181 millones de litros de agua. Una cantidad importante si tenemos en cuenta que mil millones de litros es el consumo anual de 15.000 personas.