Tras el estudio inicial de diagnóstico –y con ayuda de los procesos de participación ciudadana– ha sido diseñado un Plan de Acción del Paisaje Fluvial para Etxebarri que podría definirse con dos grandes retos: compatibilizar el espacio industrial con la calidad medioambiental y convertir ese entorno en un paisaje cultural. Para ello, el documento recoge cuatro líneas de actuación (ambiental, gobernanza, funcional y producción) y un total de 18 acciones con su presupuesto y periodo de ejecución estimado. Así, se proponen intervenciones como crear un espacio singular en torno a los límites naturales y artificiales –río Ibaizabal y carreteras– la recuperación paisajística de las riberas eliminando especies invasoras y plantando autóctonas o poner en valor los elementos identitarios culturales y patrimoniales como la ermita de Santa Ana, el palacio y fábrica de Harinas de Lezama-Legizamón, fuentes, puentes históricos del ferrocarril minero de Gandarias o edificios agropecuarios. El plan incide también en la promoción de la concienciación e implicación de la ciudadanía sobre la importancia del lugar y la necesidad de mejora del ámbito y propone, además, crear una normativa que establezca criterios y mecanismos de adaptación al paisaje.

En el ámbito funcional se incluyen acciones como diseñar y realizar itinerarios peatonales y ciclables seguros dirigidos a mejorar la accesibilidad universal, “pudiendo relacionar de mejor manera el núcleo urbano de Etxebarri con el actual bidegorri y hasta conectarse con Basauri y Bilbao”. Otra iniciativa de interés es la creación de refugios climáticos; es decir, lugares de descanso diseñados para amortiguar los efectos negativos del calor extremo sobre la salud de las personas. Y sobre el uso industrial de ese espacio, se apuesta por un modelo basado en la eficiencia energética, el uso de nuevas tecnologías, la innovación y el desarrollo.