Alfredo Rodríguez-Antigüedad ha recibido, entre otros, el premio de la Sociedad Española de Neurología. Pero lo que realmente le produce una gran satisfacción es cada pequeño avance en las investigaciones “porque sabemos que evita sufrimiento a muchas personas”.

¿Tienen que ver las neuronas con lo que llamamos el talento?

Si. Las neuronas son lo esencial dentro del funcionamiento de nuestro cerebro. Hay personas que son más talentosas y otras menos. Depende de cómo las neuronas, que son los ladrillos del funcionamiento del cerebro, los microchips, estén sincronizadas y conectadas. Por supuesto, el esfuerzo también es importante. El cerebro se puede entrenar como se entrena el músculo. Hay gente que va al gimnasio y es muy fuerte; hay gente que estudia mucho. Aunque no se encuentran variaciones estructurales entre las personas.

¿Cómo cambia el cerebro?

El cerebro se desarrolla en los niños y continúa durante el crecimiento, por eso aumenta de tamaño la cabeza. El desarrollo del cerebro, tanto en términos de volumen como en cuanto a la propia estructura de la mielinización, sigue después del parto. Por eso son tan importantes los primeros años de vida: en ese momento, el cerebro es muy sensible a todos los estímulos. Los surcos en la corteza son una forma evolutiva de tener más superficie en la propia corteza. Es en esa zona donde realmente radican los cuerpos de las neuronas, donde radican todas las funciones cognitivas y el talento. Lo que nos hace darnos cuenta de nosotros mismos, de nuestro entorno; lo que nos permite planificar, nos permite sufrir, todo. Por eso, en el desarrollo evolutivo de los seres vivos, presentar muchos surcos, mucha corteza, habitualmente va asociado a mayor inteligencia.

Ahora estamos con el lío de la Inteligencia Artificial, pero ¿qué es la inteligencia natural?

La capacidad de resolver problemas. Hay gente que encuentra la solución muy fácil y otros que no la encuentran nunca. Esta es una forma muy abreviada de decirlo; existen muchas definiciones de lo que es la inteligencia, pero básicamente se trata de la capacidad de resolver problemas y de anticiparse a los mismos, de poder tener visión e identificar los retos que surgirán en el futuro y poder resolverlos. Hay un tipo de inteligencia muy racional y una inteligencia emocional: gente que resuelve conflictos emocionales de una manera muy sencilla. Por supuesto, tener la capacidad de porder conjugar ambas inteligencias es fantástico. Además, la inteligencia tiene relación con otra serie de funciones cognitivas como la empatía en ciertas situaciones muy emocionales. Estas últimas resultan mucho menos objetivables y no se detectan normalmente en los test de inteligencia.

Mental y cerebral ¿Es lo mismo?

Las funciones cognitivas se asientan en el cerebro, incluye todo. Incluyen aspectos muy racionales: la memoria, el cálculo, el lenguaje. Y también funciones muy emocionales y la creatividad. Toda eso nos hace ser como somos. Algunas personas tienen mucha facilidad para dibujar y para crear cuadros preciosos y otras no. Realmente el cerebro es la esencia de una persona. Nunca habrá un trasplante de cerebro, habrá un trasplante de cuerpo.

¿Cuál es el avance más trascendente que se ha producido últimamente en lo que se refiere a enfermedades neurodegenerativas?

La ciencia no avanza a base de saltos. Es un recorrido constante. En mi campo arrancó hace unos veinte años el desarrollo de la neuroinmunología. Está aportando vías fantásticas porque hay muchas enfermedades neurodegenerativas que probablemente tengan un sustrato en modificaciones del sistema inmunológico que afecta al sistema nervioso central. Se trata de un camino potente ahora mismo. El cerebro es un órgano muy sencillito. Tiene cuatro tipos de células nada más. Muchísimas neuronas y otros tres tipos de células. Y todas tienen que funcionar de manera coordinada y efectiva, como una orquesta muy afinada. Y a esos tres tipos de células al margen de las neuronas hasta ahora se les prestaba muy poca atención. Ya sabemos que tienen más importancia de la sospechada en el buen funcionamiento del cerebro y en enfermedades neurodegenerativas. Algunas están relacionadas con la inmunidad a nivel del sistema nervioso central. Equipos de todo el mundo nos estamos esforzando para avanzar en el mejor conocimiento de estas células; existe una línea de trabajo muy importante.

¿Cómo podemos prevenir cada persona las enfermedades neurodegenerativas?

Con dieta mediterránea y vida sana. Es preciso controlar la obesidad y hacer ejercicio físico. Esa es la mejor forma de prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, por ejemplo, o de retrasarlas. El cerebro se daña por factores como el colesterol, la arteroesclerosis, la hipertensión, el tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo. Hay que evitar el sobrepeso, los hábitos tóxicos, hacer ejercicio físico. Los estudios lo demuestran.