Tras dos años de obras y 7,6 millones de euros, la Diputación Foral de Bizkaia, a falta de los últimos remates, ha finalizado los trabajos para ampliar de tres a cuatro carriles el intercambiador en el tramo de Cruces-Rontegi. De esta manera, la densidad del tráfico se aliviará en la BI-30, mejorando así la seguridad del trenzado de este nudo en el que confluyen una media de 250.000 vehículos al día, procedentes de Santander, Ezkerraldea y Bilbao. Así lo ha expuesto este jueves la portavoz de la institución Foral, Leixuri Arrizabalaga.

Esta actuación, que abarca aproximadamente 1,2 kilómetros, permite una mayor longitud en la convergencia de tráficos procedentes del Max Center y Bilbao de la A-8, así como una segregación más eficiente del tráfico proveniente de Cruces y con destino a Barakaldo-Lutxana. Además de la implantación de un cuarto carril, la obra ha incluido la remodelación de un paseo peatonal y la instalación de nuevas infraestructuras como sistemas de contención, pantallas acústicas y alumbrado LED.

Los trabajos han supuesto, además realizar un cambio de tuberías de abastecimiento de agua a Barakaldo, aprovechando un antiguo paso inferior clausurado por problemas de seguridad, para permitir el nuevo apoyo de la ampliación de la estructura. Según ha detallado Arrizabalaga, las sobras han supuesto una complejidad añadida al haberse realizado en convivencia con el tráfico.