La feria agrícola y ganadera de La Arboleda volvió ayer domingo por sus fueros al reclutar a miles de amantes del sector primario y artesanal vizcaino que desafiaron a los negros pronósticos asociados a la tormenta Domingos que al final fue un convidado de piedra en una jornada donde el sol y unas temperaturas más que agradables envolvieron la cita trapagarandarra. Una feria que incrementó el número de casetas hasta las 45 –además de las carpas artesanas y de diversos productos– que contaron con la atención de las miles de personas que llegaron al enclave minero tanto a través del funicular de La Reineta –que incrementó sus frecuencias para atender la demanda de viajeros– como de la línea de Bizkaibus A-3333 desde Santurtzi, amén de los vehículos particulares que ayer colmataron los arcenes entre La Arboleda hasta más allá del cruce con el barrio abantoarra de Triano situado a más de 1,7 kilómetros.

“Estamos muy satisfechos de cómo se ha desarrollado esta feria ya que a pesar de las previsiones meteorológicas se ha cerrado con una importante participación de público que ha respondido a la oferta planteada desde el Ayuntamiento de Trapagaran en colaboración con la asociación de ganaderos La Ronda y que ha acogido desde las propias exposiciones del sector primario y artesanal hasta importantes citas de herri kirolak o las novedosas catas de queso y txakoli que han reunido a varios cientos de personas”, destacó la edil de Comercio y Turismo de Trapagaran, Karmele Martínez, que fue una de las encargadas de repartir los trofeos a los 30 ganaderos que estuvieron presentes en esta cita ferial.

Veteranía

Antonio Vence con el diploma del Concurso de Vinos Bacchus. Emilio Zunzunegi

Un evento en la que se dieron cita desde la quesería Elsa de La Arboleda, una de las firmas veteranas de la feria que ha cumplido su XXII edición, hasta la panadería Mendrugo –la única del enclave de la zona alta del municipio de Trapagaran– que acudía por primera vez a este mercado popular o los creadores de la marca Txurrut, un vermut elaborado a partir de uvas de txakoli vizcaino y alavés que este año ha sido distinguido de manera notable por el prestigioso Concurso Internacional de Vinos Bacchus en sus variedades de blanco, rojo y Luxusko. “Para nosotros ha sido un aldabonazo a nuestra apuesta por un vermut de calidad que tiene una producción limitada a unas 7.000 u 8.000 botellas que se han hecho hueco en vinacotecas de Madrid, Barcelona e incluso Nueva York”, reseñó Antonio Vence, uno de los cofundadores de la marca que explota sus propios viñedos en el municipio encartado de Sopuerta.

El quesero Andrés Zugasti Emilio Zunzunegi

Quien no ha necesitado moverse de casa para demostrar su calidad es la Quesería Elsa, creada hace casi un siglo por Santos Sanz quien pasó el testigo a Elsa, su gran promotora en las últimas décadas en las que introdujo la pasterización y quien ha dado el relevo a su hijo Andrés Zugasti que ayer domingo no disimulaba su orgullo “porque el queso fresco que fabricamos es único en Euskadi”.

Quien también se siente satisfecho con su producto es Sebas Gutiérrez panadero que desde hace apenas dos años explota el horno de la panadería Mendrugo de La Arboleda, que ayer domingo sometió por primera vez a sus panes, txoripanes y pasteles al juicio del público ferial. Panes de masa madre, de cúrcuma, de masa de maíz y de trigo son algunas de las delicatessen que ofreció este joven comerciante que ha convertido su local en un pequeño ultramarinos de rescate. La feria de La Arboleda no sería tal sin la presencia del ganado que en esta ocasión estuvo representado por cerca de 170 cabezas debidamente certificadas.