La torre de la iglesia San Juan Bautista del barrio de Gabika, en Ereño, vuelve a lucir su reloj del año 1889. “Obra de Benito Yeregui, miembro de la saga de herreros-relojeros de la localidad guipuzcoana de Zumaia”, según aseguraron desde el Obispado de Bilbao, “algunos miembros de la familia Yeregui han participado en la bendición e inauguración del reloj restaurado”. La pasada semana se dieron a conocer más detalles de la recuperación del reloj, que durante las últimas cuatro décadas no ha podido cumplir su cometido principal. En la misa de difuntos que sirvió para la presentación de la pieza tomaron parte autoridades eclesiásticas como el obispo de Bilbao Joseba Segura, el vicario territorial, el párroco y sacerdotes y religiosos del entorno, además del alcalde ereñotarra Joseba Zarrandikoetxea.

La bendición de la maquinaria reparada corrió a cargo del obispo de Bilbao, “quien presidió en el mismo templo la festividad del día de los difuntos”. Asimismo, en la presentación de la restauración de la máquina tomaron parte “el biznieto del relojero, Benito Yeregui, quien lo fabricó en 1889”. De hecho, Xabier Yeregui agradeció la implicación “de la Diócesis, del Consistorio de Ereño, de la parroquia y del centro Formativo Somorrostro –quien ha realizado la restauración–”. No en vano, la restauración del reloj de la iglesia de San Juan Bautista de Gabika no ha sido un proceso nada sencillo. “Comenzó en el año 2019, pero con motivo de la pandemia se ha alargado hasta hoy”, incidieron.

De la misma forma, Gaspar Martínez –responsable de Cultura y Patrimonio de la Diócesis de Bilbao–, resaltó la importancia de este tipo de relojes de los campanarios en nuestra cultura. “A partir de las primeras fundiciones, que venían de las antiguas ferrerías, se dieron muchos pasos para acomodarse a las posibilidades de la industrialización. Una buena muestra son estos relojes”, tal y como Martínez ahondó. Y es que estas piezas “marcaban el ritmo de la vida de las personas. Antes había relojes de sol en muchas localidades. Posteriormente llegaron los relojes con maquinaria, que junto con las campanas, eran los que anunciaban los nacimientos, los fallecimientos o las urgencias en los pueblos”, abundó.

Por su parte, el párroco de Gabika, Aingeru Merikaetxebarria, quiso tener palabras de reconocimiento para la comunidad parroquial por “el impulso que ha dado para apoyar este proyecto”. Además de la recuperación del reloj, “ha sido una buena ocasión para pintar el templo, que aunque no se distinga por su valor histórico, tiene un gran peso sentimental y religioso” para los habitantes del lugar.

8.000 euros

En cuanto a las labores de recuperación propiamente dicha, “el presupuesto del arreglo del reloj ha sido de unos 8.000 euros”, tal y como resaltaron fuente de la Diócesis de Bilbao. Para lograr tal financiación –que no es excesivamente costosa pero sí reseñable para una pequeña localidad como Ereño, han colaborado el Ayuntamiento de la localidad y una entidad privada. “Una parte del mismo lo ha sufragado el Consistorio de Ereño y el resto, lo ha financiado una fundación privada”, concluyeron.

Restauración

Obras. Los trabajos de restauración del reloj de la iglesia de San Juan Bautista de Gabika “comenzaron en 2019, pero con motivo de la pandemia se han alargado hasta hoy”.

Presupuesto. Para dar una nueva vida al reloj de la iglesia se han necesitado 8.000 euros, sufragados por el Ayuntamiento de Ereño y una fundación privada.

La frase

Gaspar Martínez “Los relojes de iglesia marcaban la vida de las personas”

El responsable de Cultura y Patrimonio de la Diócesis de Bilbao subrayó que los relojes de iglesia “marcaban el ritmo de vida de las personas. Anunciaban los nacimientos, los fallecimientos o las urgencias”.