Primera diputada general. ¿Lo lleva con orgullo o lo considera algo a lo que no debería darse importancia?
Con independencia de ser hombre o mujer, ser diputada o diputado general de Bizkaia es un orgullo tremendo y una gran responsabilidad y estoy segura de que las personas que me han procedido también han tenido la misma sensación.
Me refería a ser mujer.
Es una hecho positivo porque ayuda a visibilizar que podemos asumir estas responsabilidades y pone de manifiesto un trabajo que llevamos haciendo muchísimos años muchísimas mujeres. Este tipo de nombramientos ayudan a normalizar un tema que espero que dentro de pocos años sea absolutamente normal y no tengamos que destacar.
También la mayoría de su equipo de gobierno son mujeres. ¿Ha sido algo premeditado?
Es importante que visibilicemos a las mujeres pero lo que yo he buscado es, basándome en la trayectoria personal y profesional de esas personas, que fueran las mejores y que estuvieran dispuestas a asumir los retos que tenemos por delante.
“La violencia contra las mujeres nos interpela a todos los que estamos en un puesto de responsabilidad”
Un paso más hacia la igualdad, la gran asignatura pendiente.
La igualdad lleva tiempo ya en las agendas de las administraciones. En la Diputación ya hay un trabajo incluyendo la perspectiva de género en todas nuestras políticas. Nuestra responsabilidad en esta materia es grande: somos una sociedad avanzada pero tenemos un problema con la violencia contra las mujeres. Ello nos interpela a todos los que estamos en un puesto de responsabilidad a buscar una solución.
Del equipo anterior, solo ha mantenido a Ainara Basurko, Amaia Antxustegi e Imanol Pradales. ¿Por qué ese cambio?
Viendo los retos en cada una de las áreas he buscado los perfiles que, por experiencia profesional y vital, eran los mejores.
¿Qué les ha pedido?
Tres cosas: dedicación, implicación y trabajo.
Hasta ahora era una persona poco conocida a nivel público. ¿Eso le beneficia o le perjudica?
Lo importante es lo que yo puedo aportar a este proyecto, desde una experiencia previa dentro de distintos ámbitos y administraciones públicas: he estado en el Gobierno vasco, en la Diputación, soy funcionaria de carrera en el Ayuntamiento de Durango… Tengo ese conocimiento de las administraciones, de la sociedad y de sus necesidades, ganas de trabajar por Bizkaia, ilusión y dedicación.
¿Ha perdido ya ese anonimato? ¿La reconocen por la calle?
Me queda un poco de tiempo pero va siendo así, sí.
¿Le para la gente? ¿Qué le piden?
Tanto como parar no, pero sí notas que te reconocen. Soy una persona cercana y hay gente que te pide cosas en concreto, cosas que le preocupan en su día a día y creen que puedes mejorar.
No se lo pregunto por ser mujer sino porque su predecesor dio mucha importancia a ese ámbito. ¿Qué tal se concilia siendo diputada general?
Desde las administraciones públicas tenemos que impulsar y tratar de que la sociedad en general y nuestros trabajadores puedan conciliar. No le voy a decir que sea fácil conciliar en este tipo de trabajos, porque no lo es; a mí no me resulta fácil porque algunos días estoy muchísimas horas aquí. Pero estoy convencida de la importancia de la conciliación; tenemos que tratar, tanto las empresas como la Administración, de concienciar porque es importante también de cara a la igualdad y a que seamos una sociedad feliz.
“No uso cartera de diputada; tengo mi bolso y ahí llevo mi ordenador, mis papeles...”
¿Cuándo fue la última vez que ha ido de excursión con su familia?
Este verano, en agosto.
¿Tiene cartera de diputada general?
No. Tengo mi bolso y ahí llevo mi ordenador, mis papeles…
¿Se ha marcado un tiempo máximo en el cargo?
No lo he pensado, la verdad. Estamos centrados en alcanzar ya una velocidad de crucero y cumplir lo que lo que hemos dicho.
¿Anda en bicicleta?
Andaba muchísimo de pequeña; ahora, la verdad es que no tengo tiempo.