Disciplina, dedicación, esfuerzo, constancia e incluso hasta sufrimiento. El culturismo se ha convertido en un modo de vida para el durangarra Álex Osoro. A sus 33 años, el pasado fin de semana se proclamaba campeón del campeonato Flexman Classic, disputado en Tarragona. Compite en la categoría Men´s physique, “una modalidad más estética”.

El cuerpo del culturismo es mucho más grande y definido. Se compite con un bañador tipo súrfer hasta la rodilla y lo que se puntúa es un cuerpo estético, sobre todo con anchura clavicular, cintura estrecha, hombros redondos y un buen taco abdominal”, describe satisfecho tras terminar primero en la modalidad Novice clase B y quinto puesto en talla D.

Han pasado cuatro años desde que decidió subirse a la tarima para competir. Se trata de una disciplina muy exigente en la que hay que cumplir a rajatabla con dieta y entrenamiento. Las intensas jornadas en el gimnasio, cinco días a la semana, se completan con sesiones de cardio, que aumentan de manera considerable cuando se acercan los campeonatos. “Es una forma de vida; me gusta entrenar, comer bien y cuidarme. La competición me aporta, sobre todo, superación personal. Económicamente no gano nada; todo lo contrario porque gasto más dinero de lo que genero, pero a nivel personal me ayuda a afrontar el día a día y poder con todo”, asegura con ganas de seguir progresando.

A la hora de dividir a los deportistas por categorías, se tiene en cuenta la altura. Álex mide 1,84 metros y ronda los noventa kilos. Trabajando en el área de mantenimiento del Consorcio de Aguas, disputó su primer campeonato en 2018 y logró un sexto puesto. Al año siguiente, conseguía ganar el campeonato Vasco y Navarro y la Copa Federación. Los resultados sonreían al durangarra tras muchas horas dedicadas a su gran pasión. Superada la pandemia, el año pasado terminó sexto en el campeonato de España y cuarto, en el regional Raúl Carrasco de Dos Hermanas. Precisamente hoy, se celebra en tierras sevillanas esta prueba en la que Alex volverá a tomar parte. “Esto no se puede ver hasta que llegue el momento de subirme a la tarima, pero yo creo que voy a sacar mejor físico que el pasado fin de semana”, augura optimista.

Al margen de las competiciones, Álex también es preparador. Desde hace cinco años se encarga de diseñar entrenamientos personales y dietas a las personas que se lo solicitan. La manera de gestionarlo suele ser vía on line con valoraciones semanales para seguir de cerca la evolución de cada uno de ellos. A nivel personal, asegura con rotundidad que lo más duro en su día a día es la dieta. “Hay que controlar 24 horas al día todo lo que comes durante el tiempo de preparación. En temporada es sota, caballo y rey; no te puedes pasar. Hay noches que uno no puede dormir por el hambre. Pesamos la cantidad exacta de comida porque es la única manera de controlar lo que comemos. Todo se basa en números; calorías que entran y calorías que salen”, puntualiza el experto en nutrición.

A la hora de competir permanece en la tarima entre quince y veinte minutos. Presentación, coreografía de treinta segundos, se van haciendo comparativas y después el jurado da su veredicto. En este sentido, Álex tiene claro que “a la hora de posar hay que tratar de enseñar los puntos fuertes de tu físico y ocultar los débiles”. “Hemos entrenado antes de posar, el cuerpo tiene bombeo de sangre, estamos deshidratados, nos echamos el tinte, el brillo, y la luz. Está claro que el culturismo se basa buena parte en engañar y todo se maquilla mucho”, reconoce con sinceridad.

Después de la prueba de hoy, Álex baraja la posibilidad de cerrar temporada con el campeonato de España que se disputa el 21 de octubre en Alicante. En cuanto a sus pretensiones, “únicamente pienso en disfrutar y superarme cada año. No sueño sinceramente con ser profesional porque sé que no está a mi alcance ni por físico, ni económicamente y tampoco pondría en riesgo mi salud física; competir a esos niveles te exige demasiado”, zanja el durangarra.