La familia de Erika y Ethan, la madre y su hijo de Sestao fallecidos en un triple atropello mortal la pasada Semana Santa en los aledaños de un camping de Suesa, en Cantabria, han recibido con satisfacción la entrada en prisión provisional del conductor. “Es un descanso para la familia”, detalla el abogado de la asociación Stop Seguridad Vial y de la parte, David Fernández. 

El auto, promovido por la Fiscalía y las acusaciones particulares, y contra el que no cabe recurso, se dio a conocer este martes. En él, la Audiencia Provincial de Cantabria acuerda la prisión provisional para el autor del atropello mortal de la madre y su hijo. “Ha sido una noticia que ha producido alivio en la familia”, explica el letrado, quien sostiene que la situación “estaba siendo complicada” antes de esta resolución. La Sección Tercera considera que se dan todos los requisitos que exige la Ley de Enjuiciamiento Criminal para adoptar esta medida: que los hechos puedan encajar en delitos con penas superiores a dos años, que existan indicios que apunten a la responsabilidad del investigado, o que con esta medida se evite que pueda cometer hechos similares.

La pasada Semana Santa, el conductor perdió el control del vehículo, se salió de la vía y atropelló a tres personas que estaban caminando en compañía de familiares por el paseo peatonal, provocando su muerte instantánea. Los fallecidos fueron una mujer y su hijo, de 42 y 19 años, vecinos de Sestao, y otra vecina de Santo Domingo de la Calzada, de 68 años, además de la mascota de la familia. Al día siguiente, apenas horas después, el hombre quedó en libertad provisional. A pesar del respeto que muestra el abogado por ese primer auto, del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Santoña, señala la dureza que supone “no ver una sanción inmediata para la familia” ante unos hechos de esta gravedad. “Han sido maltratados por el sistema judicial”, indica. 

Además, el vehículo atravesó una valla colisionando con un coche, dejando a otra persona herida. “No entendíamos la resolución anterior, era laxa y extraña. Las víctimas necesitan una garantía”, determina el jurista, que cree que la prisión provisional es la medida acertada. 

Asimismo, las formas en las que se produjo el crimen –al triplicar la tasa de alcohol, conducir a gran velocidad e incumplir la diligencia al conducir con medicación prescrita– causó consternación en el entorno del camping. “Los propios vecinos de la zona intentaron quitarle las llaves al conductor y ya había chocado con un contenedor de vidrio anteriormente. También tenía sanciones administrativas y hasta botellas de vino en el habitáculo”, expresa el defensor de la parte, David Fernández, quien matiza que esta respuesta del segundo tribunal “ha sido ejemplarizante”. 

DOBLE INCOMPRENSIÓN

Según la defensa, “la familia ha sido doblemente amargada. En primer lugar, por la gravosa pérdida y, en segundo, por la incomprensión del sistema judicial. Este gesto ha sido necesario para reconocer que las cosas no son gratis y tienen una consecuencia”, lamenta. Asegura el letrado que las víctimas “no pueden ni externalizar el dolor que tienen” motivo por el que “no se han atrevido ni a acudir al psicólogo”. 

En cuanto a la “escasa contrición” que alega el tribunal, el abogado defiende que el autor “se ha remitido a su derecho de no declarar y no ha sido muy colaborador en el caso, manteniendo una actitud defensiva”, añade David Fernández, quien indica que el otro abogado ha sido el único en mostrar un “gesto de disculpa”. “No llegó ni a frenar”, detalla el letrado, dejando un hecho drástico más sobre el imprudente uso del alcohol en la carretera. “Todavía toca esperar para el juicio. La justicia lleva su tiempo, pero confío en el sistema y hay que esperar una justa resolución del caso”, sentencia la defensa de la familia.