La inestabilidad e incertidumbre, unida a su precaria situación económica, es otra de las características de los vizcainos que están inscritas en Etxebide. De hecho, una de cada cuatro familias se ha tenido que mudar en los últimos dos años por no haber podido pagar el alquiler de la vivienda libre en la que residen y, lo peor, es que temen que lo tendrán que volver a hacer en los próximos meses.

El porcentaje de familias que se han visto obligadas a hacer las maletas porque sus ingresos no les daban para poder hacer frente a la renta del alquiler es ligeramente superior en el territorio: el 25,6% de los vizcainos inscritos en Etxebide se han visto en esa tesitura, frente al 23,4% de los guipuzcoanos y el 24,6% de los alaveses. También destaca Bilbao, con un 28,3%, sobre el resto de capitales vascas, Donostia (23,6%) y Gasteiz (25,1%).

La precariedad en la que se encuentran las familias que esperan un piso de Etxebide se refleja también en que solo una de las personas que integran la unidad familiar cuenta con un empleo de al menos 20 horas de duración a la semana, lo que se traduce también en un menor nivel de ingresos que una persona que cuente con un contrato tipo de 40 horas. La cifra es ligeramente inferior en Bizkaia, donde el porcentaje está en el 0,93, y Bilbao, con la misma cifra.

La mayoría de estas familias se ha mudado dentro del mismo municipio, incluso dentro del mismo barrio, pero hasta un tercio de ellas han tenido que buscar un nuevo hogar en otra localidad de Euskadi.

Y lo peor es la incertidumbre con la que se enfrentan también al futuro: la percepción de inestabilidad para poder continuar viviendo en su residencia actual es elevada entre estas familias. Más de la mitad, un 55,4%, considera más que probable que se tengan que mudar o cambiar de residencia en los próximos meses por no poder asumir el precio del alquiler. Una vez más, los porcentajes son más elevados en Bizkaia respecto a la media de Euskadi (a nivel general se encuentra en esta situación un 53,8% de los vascos) y en Bilbao, con un 56%.

La mayoría confía en poder encontrar una vivienda que se adapte a sus ingresos en el mismo municipio en el que viven hoy en día, un parte de ellos incluso en el mismo barrio. Sin embargo, casi un 30% teme que tendrán que marcharse a otra localidad vasca e incluso hay quien se plantea buscar un nueva vida en otro lugar del Estado. Uno de cada cien, además, ve probable que tenga que emigrar a otro país.