Aunque su llegada al mundo de las manualidades presenta un variado catálogo de situaciones personales, lo curioso es que en la mayoría de las ocasiones, la pandemia, o mejor dicho el confinamiento que provocó la pandemia a partir de marzo de 2020, fue un revulsivo que hizo aflorar su capacidad creativa a un nivel que ellas mismas desconocían y que las ha convertido en creadoras artesanas con label minero. Alicia Irastorza, Anabel Simón, Esthertxu Rodríguez, Herenia Mansilla y Txaro Martín comparecieron ayer domingo en la recta final de las fiestas patronales del barrio abantoarra de Sanfuentes con el marchamo de Artesanas locales de Meatzaldea, una imagen de marca a desarrollar, pero que bien puede aglutinar la creatividad y la pasión que éstas y otras mujeres –y hombres– de la comarca minera desarrollan amparadas por una incontestable calidad en su trabajos.

Adornos florales, bisutería, cerámica, costura en diferentes estadios que van desde los peluches y muñecas a salvapáginas y broches hasta los trabajos en ganchillo en bolsos y mantillas y bufandas o las creaciones de collares con telas africanas o cintas wax para recoger el pelo, tan socorridas para el estío playero, son algunas breves pinceladas de la amplia producción artesanal que ayer pudo verse en la plaza Abín de Sanfuentes. “Para nosotras estas creaciones no suponen un medio de vida económica en sí mismo, entre otras cosas porque con la venta de los artículos que realizamos tan sólo recuperamos parte de la importante inversión que debemos realizar en la adquisición de los materiales que utilizamos, a lo que hay que sumar la gran cantidad de horas que dedicamos a esta actividad en la que buscamos una satisfacción personal por hacer algo que nos gusta y nos apasiona”, señalaba Esthertxu Rodríguez, una antigua dependienta de comercio apasionada de las muñecas y la costura a la que las manualidades le ayudaron a superar una situación de ansiedad de la que aún sigue en tratamiento.

Relajante

“Con la costura y mis muñecas no sólo doy salida a mi creatividad, sino que me relaja. A veces me olvido hasta que tengo marido”, apunta esta artesana de Gallarta, quien reconoce que “darte a conocer es muy difícil y costoso y por ello pensamos que es importante que nuestros ayuntamientos nos ofrezcan oportunidades en ferias, fiestas y eventos para darnos a conocer”. Una opinión que comparte Anabel Simón , una experimentada pescadera a la que una importante afección en la espalda le hizo coger una prolongada baja. “Una experiencia en la que la cabeza no deja de machacarte y que me llevó a retomar mi gusto por las manualidades. Llevo poco tiempo –desde enero–, pero bueno gracias al empuje y el ánimo de mis hijos que me situaron en Instagram he empezado a darme a conocer, aunque empezar cuesta mucho. La artesanía que nosotras desarrollamos está un poco dejada de los apoyos institucionales”, asegura esta mujer que trabaja con telas africanas con las que elabora desde collares a cintas wax para recoger el pelo. Además, una de sus especialidades son los pendientes de arcilla de primorosos diseños y muy ligeros que vende por diez euros. “En otros sitios se venden por unos treinta euros, pero tampoco busco un precio excesivo porque disfruto mucho haciéndolos”, asegura esta mujer que resalta “que hay mucho talento en nuestra comarca y hay que darlo a conocer y potenciarlo”.

Talento le sobra también a Herenia Mansilla, de la empresa muskiztarra Armiarma, que llegó a las manualidades de ganchillo a medio camino entre las necesidades de vestimenta tradicional para su hija y su gusto por las manualidades de aguja e hilo. “Llegó la pandemia, todos en casa y hay empecé un poco más en serio. Primero con conocidos para su hijas y llegó un momento en el que la gente me animó a crear diferentes productos para su venta y al final me decidí”, señala esta joven madre que ya ha visitado varias ferias artesanales en Muskiz, Portugalete y Las Carreras.

En el confinamiento

Ella, lo mismo que Alicia Irastorza, una creadora de Las Carreras, será parte de este grupo de artesanas que el próximo 15 de agosto estarán presentes en las fiestas de La Rigada en Muskiz. Irastorza, azuzada por la inspiración de su hija África –10 años de movida ternura– y por las largas jornadas de confinamiento empezó a darle vueltas a su capacidad para trabajar todo tipo de adornos florales realzados al detalle. “Comencé haciendo un ramo para mi madre y desde ahí todo seguido. Empecé con las flores y he seguido avanzando con diademas, bisutería, etcétera. Hay que reinventarse”, señala Alicia quien cree que hay futuro en la artesanía “si hay escenarios”.