El Ayuntamiento de Durango dio a conocer en la jornada de ayer jueves los hallazgos arqueológicos en el entorno de San Pedro de Tabira. Fue el pasado 29 de marzo cuando el equipo de la Universidad Complutense C.A.I., encabezado por Javier Vallés Iriso, realizó una prospección geofísica en la zona. Los estudios realizados han podido establecer la existencia de restos arquitectónicos que se encuentran en fase de estudio documental cartográfico y fotográfico. En este sentido, los expertos aseguraron que se han detectado servicios de gas, agua, etc. con absoluta claridad. Lo más reseñable del estudio es que frente a la puerta de la iglesia San Pedro se reconoce con nitidez una anomalía cuadrangular de aproximadamente 9,5 x 7,5 metros. “Son los cimientos de una construcción derruida”, explicó Luis Valdés, doctor y miembro de la Real Academia de Historia, añadiendo que “en los años 70 desapareció un caserío que estaba aquí; entre el pórtico y la carretera. Lo buscamos, no queda rastro de él. La zona ha sido muy triturada por las necesidades de la nueva vida en la villa. La noticia importante es que algo queda distinto de lo que es la ocupación del XIX y del XX”.

A la espera de poder establecer un uso y una fecha definitivos para la estructura hallada, los encargados de la investigación manejan dos hipótesis: que sea fundamental de la torre del señor de Durango o que sea la ermita primitiva, que luego se desplaza a la posición de la iglesia actual. “Hemos encontrado una anomalía rectangular; algo deseado, pero no esperado y que requiere de mucho estudio. Son cimientos de una construcción derruida. Nos quedan dos o tres meses de trabajo documental de análisis de las imágenes y los números que han ido apareciendo. De momento, son todo hipótesis y nos faltan muchas cartas de la baraja. A la vez que tengamos nuevas noticias y certezas lo iremos comunicando al Ayuntamiento para que sepa cómo evoluciona todo”, puntualizaron los responsables del estudio.

El entorno de la iglesia es complejo por su estado actual en el que se suman el asfalto, la loseta, lajas cantos y jardines, lo que condiciona el filtrado de los datos obtenidos. “Podemos avanzar que la casa que ocupó esa posición en frente de la iglesia hasta 1975, fue de amyores dimensiones. El estudio está al comienzo de un proceso que intuimos va a ser interesante y para el que cualquier foto o dato sobre el edificio nos será muy interesante”, solicitaron los profesionales.

Será al término de la fase documental cuando se planteará la conveniencia de realizar otro tipo de investigaciones arqueológicas “con una intervención y destrucción controlada para intentar darle significado, cronología y posible uso a la estructura que hemos visto y a otras que no las vamos a abondonar”, adelantó Luis Valdés.