Con pandemia de por medio, Balmaseda ha culminado el proceso de diagnóstico elaborado al principio de la legislatura que se concreta en la puesta en marcha de una oficina para la transición económica. Con atención presencial en el Elkarwork Gune los miércoles entre las 17.00 y las 19.00 horas y los jueves entre las 11.00 y las 13.00, además de consultas por el correo electrónico bbulegoa@balmaseda.eus, el nuevo servicio pivotará en torno a tres líneas generales de actuación: “proyectos relacionados con la soberanía energética, la soberanía alimentaria y trabajar en favor de un modelo democrático y participativo en los ámbitos de la decisión de la economía”, enumeró Liher González, uno de los responsables de la oficina.

La creación de esta herramienta “se anunció durante el foro de empleo celebrado el año pasado”, explicó el concejal de Empleo, Promoción Económica y Comercio, Aitor Llano. En 2019 se llevó a cabo “un primer análisis de debilidades, que detectó falta de alternativas, como se desprende de que Balmaseda y Enkarterri aparezcan en los primeros puestos de las tablas de paro, así como la necesidad de actuar contra el cambio climático que ya está ocurriendo, la pérdida de biodiversidad, el agotamientos de los recursos y la financiación de una economía cuyos recursos están en manos de fondos de inversión”, esbozó Álex Hernández, otro de los responsables de la oficina de transición económica de Balmaseda. A consecuencia de todo ello, se resienten “la democracia económica y el desarrollo”. A comienzos de 2020 arrancó el programa Hauspotu, auspiciado por Udalbitza en colaboración con las cooperativas Coop 75 y Olatu para dar un impulso a “comarcas degradadas que necesitan apoyo”. Tras el parón de la pandemia, se retomó con una segunda edición y Balmaseda acogió una de las jornadas de debate y puesta en común de ideas.

Estas acciones en su conjunto llevaron a la articulación de “una estructura en la que tomen parte instituciones, personas y la propia comunidad”, con la orientación de la cooperativa Talaios y el objetivo de “promocionar la economía social transformadora”. En la línea de “los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y directivas de la Unión Europea”, entre otras referencias de instituciones y agentes a nivel internacional.

De la mano de la cooperativa Goiener, han abordado la creación de una comunidad energética ciudadana que se presentará próximamente y ya tiene hasta nombre: Baleki. Ahora mismo, “carecemos de capacidad de producción y distribución y es necesario fomentar la implicación ciudadana”, incidió Liher González, reproduciendo lo que se trasladó en otra reunión informativa hace algo más de un año.

Gestión forestal

Pero “la economía para la vida abarca muchas más cosas”. Incluso el incendio del pasado 23 de octubre “nos mueve a una reflexión sobre el sector, en estos momentos hay una cooperativa preparando un informe sobre qué tipo de gestión se puede realizar con un bosque autóctono del que extraer rentabilidad”.

Aunque “en principio, la oficina de transición económica prolongará su actividad un año”, confían en que el equipo de gobierno resultante de las elecciones la mantenga.