“Atónita me he quedado al ver lo que ha hecho mi amigo Gorka Urreiztieta con el tronco muerto de este cedro del Líbano. Su futuro era incierto pero él ha transformado en una obra de arte donde confluyen el homenaje al trabajo de esta comarca y de la escuela, la herencia, la evolución de la zona. Todo toma sentido en esta obra de arte cuando te lo explica su creador”, acertaba a valorar la novelista gazteiztarra, Toti Martínez de Lezea, que ayer miércoles hizo de madrina improvisada en la presentación pública del Árbol de la vida del centro Somorrostro realizado por el escultor y tallista Gorka Urreiztieta.

Un viejo símbolo del centro formativo muskiztarra que se vio reflejado durante muchos años en su logotipo y que tras su muerte aún pervive en la escuela fundada por el sacerdote Marcelo Gangoiti con un retoño del cedro plantado junto al ahora tótem perenne de la historia del centro el 4 de febrero de 2022. “Queríamos que este viejo cedro conservase su prolongada relación con el municipio de Muskiz. No en vano este cedro forma parte indisoluble de muchas celebraciones del municipio. “¿Cuántas fotos de matrimonios o de comuniones han finalizado fotografiándose a la sombra de este árbol?”, preguntaba el director del centro educativo, Javier Laiseca, quien recordaba a los cerca de 70 asistentes que ayer miércoles se dieron cita en San Juan que este árbol era la primera visión que Don Marcelo Gangoiti tenía cuando salía de la iglesia “y le ayudaba a recargar las pilas para seguir adelante con su misión educativa en el municipio”.

En este sentido, Laiseca reseñó que el árbol de la vida presentado ayer en sociedad “no es un elemento simbólico del centro Somorrostro sino de la ciudadanía de Muskiz. Por eso de alguna manera el acto de hoy sirve para que la escuela ponga este simbólico árbol al servicio del municipio, pero no como institución sino al servicio de sus ciudadanos para que lo hagan suyo”, resaltó Laiseca. El director destacó que este nuevo símbolo arbóreo establece un triángulo importante “como es la historia del municipio, el presente y el futuro a través del retoño del cedro. Mirar desde la historia, de nuestras raíces y nuestras señas de identidad al futuro que estamos construyendo con nuestros jóvenes alumnos y alumnas”.

Por su parte, la alcaldesa de Muskiz, Ainara Leiba –que ayer miércoles celebraba su cumpleaños– agradeció de manera entusiasta este artístico regalo de Urreiztieta y el centro Somorrostro al patrimonio cultural e histórico del municipio, en el que “resalta a lo largo de su composición valores como el esfuerzo, el trabajo o el progreso y que hace un guiño a la igualdad resaltando el papel central de una mujer con sus hijos a los que anima a progresar yendo a la escuela en vez de a la mina“, describió la regidora jeltzale.

Reto

La madre, eje de la obra. E. Zunzunegi

Parco en palabras, el autor de esta significativa obra de arte, Gorka Urreiztieta, agradeció las muestras de afecto de los asistentes y se limitó a reseñar que su obra es ante todo un homenaje a una zona minera a través de las figuras más representativas como el ferrón o el barrenador, pero también a la siderurgia con la figura del soldador y al relevante papel que en el presente de la comarca ha jugado la educación reglada y profesional, reflejada en un libro marcado con las iniciales MG en honor a don Marcelo Gangoiti, pero también con una joven sentada ante un ordenador, reflejo del futuro que afronta el reto educativo del centro.

El Arbol de la vida, que a pesar de parecer muerto aún supura resina por algunas de su vetas, acoge un conjunto de figuras y detalles relacionadas con el pasado, presente y futuro de la zona y atesora más de una anécdota reseñable en su dilatada historia ya que se estima fue plantado hace unos 350 años por el Marqués de Villarías. “Ha sobrevenido a dos incendios de los que tenemos constancia”, aseguró Laiseca, mientras que un vecino del enclave recordaba que en verano “cuando no se encendían las calderas del antiguo cine se quemaban las entradas junto al árbol”.

El ‘árbol de la vida’

Villarías. El cedro del Líbano cuyo tronco ha servido para ejecutar este libro abierto de la historia de la escuela de formación Somorrostro y de la comarca fue plantado hace unos 350 años en Muskiz por orden del Marqués de Villarías quien fuera fue Secretario de Estado de Felipe V.

Difusión. Somorrostro instalará junto a la base del árbol una placa explicativa que contendrá un código QR que enlazará con una web donde se recoge la historia del árbol y la obra de arte.

El árbol

9,5

El árbol labrado por Gorka Urreiztieta tenía antes de su tallado cerca de 11 metros de alto pero con las labores de saneamiento previas a la obra, finalmente el tótem alcanza los 9 metros de altura.