A sus once años, la jarrillera Ekhiñe Mateo tiene una mirada muy despierta y, a la vez, analítica. La vista, el mundo que le rodea y el que imagina es su principal fuente de inspiración para dar rienda suelta al gran talento que atesora para pintar y dibujar. La primera vez que se puso delante del folio en blanco fue a los tres años y, desde entonces, no ha parado de dibujar, pintar y progresar. Dicha progresión en las artes plásticas se puede comprobar hasta el próximo 12 de mayo en el centro cultural Santa Clara de Portugalete, donde se puede disfrutar de una exposición que recoge parte de lo que ha hecho en este tiempo Ekhiñe, quien ha sido la ganadora de las tres últimas ediciones del concurso de pintura al aire libre de la noble villa en la categoría de menores de 14 años.
Con tesón, dedicación, paciencia, talento y humildad ha ido evolucionando y en esta exposición se puede disfrutar de óleos, creaciones hechas con carboncillo, un mapa en el que Ekhiñe representa el mundo de su imaginación y un paisaje del Txindoki cargado de simbolismo, ya que es una obra dedicada a su hermana Larraitz, fallecida antes de que ella naciera. “En esta exposición se pueden ver trabajos que hice cuando empecé, con tres años, hasta los once que tengo ahora. Hay obras en las que he trabajado con acrílicos, con tinta china, témperas, con carboncillo y con arroz”, explicó esta joven que tiene muy claro que quiere dedicarse al mundo de las artes plásticas cuando sea mayor. “Mi objetivo es ir al Bachillerato Artístico del instituto Zunzunegi”, señaló Ekhiñe con la seguridad de quien tiene clarísimo el camino que debe recorrer para tratar de convertir su mayor pasión en su profesión. De momento, adquiere conocimientos en las aulas de Bihotz Gaztea Ikastola de Santurtzi, comunidad educativa de la que varios miembros acudieron a la puesta de largo de esta muestra en la que la pequeña Ekhiñe, con mucha soltura, hizo una visita guiada. “Si algo no me sale a la primera, lo vuelvo a intentar y si no me sale muchas veces, ya lo intentaré otra vez otro día”, indicó. Cuando el talento y la resiliencia van de la mano, la balanza hacia el éxito se decanta mucho más fácilmente. A lo largo de esta exposición también se pueden ver personajes de Manga y Anime que ha ido retratando a lo largo del tiempo y eso es la antesala perfecta a uno de los próximos retos que se marca Ekhiñe; Presentarse al Concurso de Cómic de Portugalete el próximo año.
En todo este caminar por el mundo de las artes plásticas, esta joven de once años cuenta con el apoyo incondicional de su ama, Itziar. “Sabía que Ekhiñe pintaba bien, soy pianista y yo iba viendo cosas en la niña, pero cuando realmente me di cuenta de su talento fue la primera vez que participó en el concurso de pintura al aire libre. Tenía ocho años y durante las tres horas que estuvo pintando, la gente se acercaba y decían que Ekhiñe tenía una muy buena técnica, que trazaba muy bien... Y hablamos con la psicóloga para ver si tenía altas capacidades en creatividad”, rememoró Itziar. El don está claro que lo tiene y todo ese talento hay que saber gestionarlo y canalizarlo.
“Detrás de un niño con talento tiene que haber un buen colchón emocional y unas bases y en todo ello, el trabajo de la psicóloga con Ekhiñe y conmigo es muy importante”, señaló la ama de la joven artista.
Dicha labor de trastienda es la que no se ve en las exposiciones, pero que también es clave para que Ekhiñe siga progresando, alimentando su talento para, quién sabe, un día lograr su sueño de vivir de las artes plásticas, anhelo para el que no para de trabajar.