Durante años, la economía rural de Bakio ha girado en torno al caserío. En la actualidad el municipio costero cuenta con aproximadamente 145 baserris que dejan patente y dan testimonio de su carácter rural, con una actividad principal durante siglos ligada a la agricultura y la ganadería. En aquella época Bakio se dividía dos zonas principales: Elexalde y Tabernalde. Por un lado, en Elexalde se situaban, entre otros, la escuela, la preceptoría y la iglesia. Por otro lado, en Tabernalde, se ubicaban la plaza, el frontón, el bar del pueblo, el ayuntamiento, el probadero, la bolera, el teléfono central y el espacio para jugar al mus. En este sentido, Tabernalde era un punto estratégico y de “gran importancia para la comunidad”, tal y como reconocen desde el Consistorio bakiotarra. Allí se celebraban las fiestas y se disfrutaba del tiempo libre. Por este motivo, debido a a su importancia histórica para la localidad, el Ayuntamiento de Bakio ha impulsado la creación de un mural en el frontón de Tabernalde a cargo del artista Iker Uribe.

El objetivo de esta obra es recordar las raíces de Bakio y homenajear a las mujeres rurales. “Se quiere ensalzar y homenajear el papel de la mujer en la vida rural puesto que se sabe que la mujer fue imprescindible en la vida de Bakio”, indican fuentes municipales. Como ejemplo, recuerdan que en Tabernalde, a finales de los años 40, Lorentza Ormatza, de Urguru, construyó la casa que hoy alberga un agroturismo. “Fue el bar del pueblo y lo regentaba la propia Loren-tza. Hasta la década de los 60 estuvo en funcionamiento y muchas personas mayores recuerdan que allí se hacía gaseosa y que iban a comprar vino o aceite para casa”. En los 70 Lorentza cedió la casa a su hija María Josefa, una vivienda que fue construida por la madre y heredada por la hija, aunque ésta tuviera hermanos. Cabe recordar que en Bakio era frecuente que “los padres dejaran en herencia el caserío a una de sus hijas para que se hicieran cargo de él”. De esta forma, para rendir homenaje a estas mujeres y reconocer su valía en el desarrollo de la comunidad, se ha elegido una fotografía de Eulalia Abaitua, quien inmortalizó con su cámara la vida del municipio dejando un gran legado.