Joseba y Aitor Eskobal no pudieron evitar emocionarse ante la contemplación del mural pintado en las paredes de la casa familiar en La Reineta en el que aparece su amatxu, Hermelinda Martín, junto a un vehículo hispano suizo de los años 40 que se acercó en el año 51 al poblado de Burzako para visitar a Paco, un niño de la guerra criado por sus propietarios y que retornó a Trapagaran. “Te puedes imaginar la conmoción de los vecinos al ver llegar al barrio a un coche”, relata Joseba Eskobal que identificó a su madre y a su tío Carmelo, dueño del añorado bar El Funi, recientemente fallecido, en el mural elaborado a partir de una fotografía tomada en el año 1951 en este barrio minero, hoy desaparecido, “en el que como en todos los barrios mineros había necesidad y trabajo duro pero como se puede ver en el mural había alegría de vivir reflejada en los ojos de los que allí vivían”, destacaron los hermanos Eskobal cesionarios del material fotográfico que ha servido para realizar ambos murales.

Munícipes y vecinos de La Reineta, en la presentación. | FOTO: E.Z.

Obras de arte que suponen un nuevo atractivo cultural en el barrio de La Reineta y que rinden homenaje a las mujeres de la zona de minera que trabajaron en este sector a lo largo del siglo XX, y que además exponen una imagen de la vida cotidiana de antaño en el barrio minero de Burzako-Matamoros .

La realización de ambos murales se enmarcan dentro de la celebración municipal del 8-M, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, con el que se ha querido conmemorar el trabajo de la mujer en el sector minero a través de dos fotografías históricas prestadas por la familia Martín Eskobal de La Reineta.

Hispano suizo

La fotografía rescatada para pintar el mural situado frente al funicular está ambientada en el año 1951. En dicho mural aparecen varios niños, niñas y mujeres al lado del que sería el primer coche en llegar al humilde barrio de Burzako, ubicado en pleno corazón de los montes de Triano. El coche pertenecía a una familia belga de alto poder adquisitivo que anteriormente había acogido a uno de los niños que aparecen en este mural, denominados como niños de la guerra. Esta familia tomó tal aprecio al niño que bajaron desde Bélgica para visitar al pequeño. El otro mural está situado en la otra cara del edificio, de cara a la carretera que baja de La Arboleda hacia el funicular de Trapagaran. En este, se pueden observar varias mujeres, la mayoría de ellas viudas, en un lavadero ubicado en el barrio de Burzako a escaso metros de donde fue sacado la otra fotografía reproducida.

“Estas mujeres se hallaban, dentro de los trabajos de la mina, en el último eslabón de la cadena rescatando y lavando los restos de mineral”, reseñó el alcalde, Xabier Cuéllar quien significó que este mural “pone de relieve que en el trabajo de las minas siempre se habla de los hombres cuando las mujeres también participaban en trabajos duros y penosos y además se hacían cargo de sus hogares, enfermos y pupilos”. Cuéllar destacó que “estos murales son una línea de trabajo que deja clara la participación e intervención comunitaria a través del arte y la cultura”. Los vecinos de la zona, a través de la Adsoiciación de la Reineta, expresaron la necesidad de que “estas obras cuenten con un apoyo explicativo de su significado y de luz para su mejor visualización”.