“Aquí está nuestro palacio, los dormitorios sin ventanas, la cocina oscura rezumando agua, el fogón en el suelo, la despensa vacía, el baúl sin ropa, la artesa sin pan, mi marido en la cárcel y yo sola con mi hijo Rubén cosiendo cuando hay para sacar unos céntimos para darle un poco de leche”, narraba Dolores Ibarruri en su libro El único camino. En sus páginas reflejó las extremas condiciones de vida a las que se vieron sometidos los mineros y mineras protagonistas del desarrollo económico de la Bizkaia decimonónica. Una realidad que este viernes pusieron al descubierto los representantes del Ayuntamiento de Muskiz, del Museo de la Minería del País Vasco y del centro de investigación encartado Trueba Zentroa que colaboraron en la colocación de una placa conmemorativa en la casa del barrio de Villanueva edificada por Dolores y su marido, Julián Ruiz.

El acto contó con la presencia de vecinos, instituciones locales y del Partido Comunista.

Un personaje, Julián, relegado a un segundo plano por el trascendental papel político de Dolores, a pesar de que él fue uno de los artífices de la creación de las Juventudes Socialistas, y que no dudó en señalar, tras su separación física de Dolores, que “pierdo una mujer pero el partido (comunista) gana una dirigente”, destacó el director de Trueba Zentroa, Ricardo Santamaría.

Placa que señala la morada de Pasionaria en Muskiz.

En el acto de homenaje tomaron parte la alcaldesa de Muskiz, Ainara Leiba, acompañada de la presidenta de la Fundación Museo de la Minería del País Vasco, Ameli Ortiz, y Ricardo Santamaría, de Trueba Zentroa, quienes descubrieron la placa que desde este viernes luce la casa que Dolores Ibarruri Pasionaria y su marido Julián Ruiz construyeron en el barrio Villanueva de la localidad minera. Un barrio que además cuenta con un placa en la casa donde anteriormente residió la líder política, cercana al lavadero en el que se reprodujo una instantánea en la que la vizcaina aparece lavando la ropa.

La vivienda en la que se ha colocado la placa conmemorativa fue construida aproximadamente en 1920 y albergó la residencia de la pareja durante una década, hasta que Dolores Ibarruri, nacida en Gallarta, se trasladó a Madrid para continuar con su carrera política. De hecho, aquí nacieron algunos de sus 6 hijos. La alcaldesa destacó el papel relevante de Pasionaria. “Es un orgullo para mí”, señaló la alcaldesa muskiztarra.