Eduardo Torralbo sufrió abusos sexuales y malos tratos por parte de dos sacerdotes en el colegio Salesianos Barakaldo en la década de los 80. Tras realizar una investigación interna, la institución salesiana consideró “acreditados” los hechos y le pidió perdón en una carta. Sin embargo, no se dio por satisfecho. Tampoco el acto oracional que se celebrará hoy por las víctimas en la Catedral de Santiago de Bilbao cicatrizará su herida. “Es un paso adelante, pero yo quería una disculpa no solo del Obispado de Bilbao con las víctimas de aquí, sino de toda la Iglesia”, reivindica.

Pese a ello, considera “positivo” el acto de perdón que presidirá esta tarde el obispo Joseba Segura, al que ve “muy comprometido con este tema” y al que está “muy agradecido”. De hecho, Eduardo tiene pensado participar en la ceremonia. “Pondré una vela por mí y por todos los compañeros que fueron maltratados y que no se han atrevido a denunciarlo o no han podido por haber fallecido”, planea.

Una carta de disculpa

Aunque el Obispado de Bilbao “ha actuado muy correctamente” con él y ha atendido todas sus peticiones, Eduardo afirma que el acto oracional no va a satisfacer su necesidad de reparación “completamente”. “Lo veo positivo, pero no definitivo. Tendrían que expulsar del sacerdocio a todos los sacerdotes que han maltratado a la gente”, reclama, toda vez que su abusador falleció y “no se puede emprender un procedimiento penal canónico” contra él, según le explicaron desde la institución salesiana.

"Tendrían que expulsar del sacerdocio a todos los sacerdotes que han maltratado a la gente"

Su demanda cayó en saco roto. “Me dijeron que canónicamente no se puede actuar contra el sacerdote que me maltrató porque por su parte no hubo abusos sexuales, sino malos tratos físicos y psíquicos”, denuncia. Según su información, este sacerdote, ya nonagenario, “sigue vivo y está actualmente en Salesianos Deusto”, por lo que ha solicitado, a través de un servicio independiente de atención a víctimas de abuso sexual en la Iglesia, que le envíe una carta pidiéndole disculpas. “A ver si acepta. Ya les he dicho que si es como era en la época en la que maltrataba, igual la carta me la tengo que comer”.

A través de este mismo servicio ha solicitado también a los salesianos “una reparación económica”, aún sin cuantificar. “Yo no he pedido ninguna cantidad. No tengo ninguna respuesta todavía”, dice.

“Ni por mucho dinero que paguen”

Una carta de disculpas, un acto oracional de perdón, una posible reparación económica... Ni todo ello en su conjunto, dice Torralbo, conseguirá paliar el daño. “Ni por muchas cosas que hagan ni por mucho dinero que nos paguen van a conseguir repararnos, pero es un paso, poco a poco”, se resigna.

"De mi época solo he salido yo y éramos muchísimos. Es un poco triste"

Lo que a Eduardo sí le resultaría gratificante es que, una vez que él ha dado la cara, otros siguieran sus pasos. “Lo que yo busco es que sigan saliendo compañeros. De momento solo han salido dos más. Uno estuvo en los años 70 con Wenceslao Ortega y también abusó de él. Pero de mi época, los 80, que no ha pasado mucho tiempo, solo he salido yo y éramos muchísimos, 40 o 41 personas en clase. Es un poco triste. La gente tiene su vida, su familia e igual no lo ve conveniente. También hay que respetarlo”.