Es probable que una persona que atraviesa un periodo de dolor emocional puntual no requiera del apoyo de un profesional específico. La vuelta a la rutina y sus puntos de apoyo (amistades, familia, etc.) pueden ser suficientes para superar el estado de tristeza. Pero todos los casos de depresión necesitan ser tratados por un profesional, ya que es la única forma de dar con un diagnóstico acertado, una terapia adaptada a las necesidades que evite recaídas y, en caso de ser necesaria, la toma de psicofármacos. 

Cuanto más precoz sea la detección del proceso, más rápida será la evolución. «La valoración debe ser exhaustiva porque, de lo contrario, se corre el riesgo de patologizar una reacción vital normal como es la tristeza, sobre todo teniendo en cuenta que aunque son muy distintas, tristeza y depresión tienen elementos en común». 

La psicoterapia ofrece seguridad, confianza, comprensión y apoyo emocional. Mediante diferentes herramientas se intenta modificar la conducta y los pensamientos, consiguiendo la participación activa del paciente y una mejora del bienestar de la persona. Por lo tanto, ante una situación así es importante acudir a un profesional para atajarla lo más rápido posible y de la mejor manera posible, siendo un aprendizaje para la persona.