La industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo, algo que ha hecho crecer las críticas en los últimos años. Según la ONU, el sector representa aproximadamente el 10 por ciento de las emisiones globales de carbono y casi el 20 por ciento de las aguas residuales. La reutilización de las prendas evita, según un estudio la emisión de unos 52 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. Estos datos muestran el impacto positivo que tiene el concienciar al consumidor sobre sus decisiones de compra, así como la importancia de que las marcas empiecen a responder a las inquietudes y preocupaciones de los usuarios para reducir su huella medioambiental. Para confeccionar una sola prenda de algodón, se necesitan 2.700 litros de agua dulce, según estimaciones. Esto sería lo que necesita beber una persona para cubrir las necesidades diarias del organismo durante 2,5 años. No solo la cantidad de agua, sino que se analiza como contamina la ropa al agua a través de su proceso de producción, afectando enormemente al medio ambiente a nivel mundial.. Los residuos textiles son un problema que se busca abordar y disminuir otra de las formas por la cual contamina la ropa al medio ambiente.