La llegada del metro a los barrios del sur de la capital vizcaina sigue dando pasos para poder cumplir el deseo de miles de vecinos de los barrios de Irala y Rekalde de contar, después de muchos años de incertidumbre, con la línea 4 del metro de Bilbao.

El Gobierno vasco, a través del ente Euskal Trenbide Sarea (ETS), ha sacado a concurso la redacción del proyecto constructivo de este trazado por un monto de casi un millón de euros y un plazo de desarrollo de 15 meses. Esto supone que, tras la finalización del periodo de presentación por parte de las ingenierías y la posterior decisión de los técnicos de ETS, hasta la primavera que viene no empezará a correr este plazo y hasta después del verano de 2024 no se tendrá finalizado el proyecto.

Es un documento técnico esencial para definir al milímetro el trazado de la plataforma ferroviaria que servirá a este área, el cual facilitará la conexión rápida de Rekalde e Irala con el centro de Bilbao.

Después del proceso participativo llevado a cabo por el departamento de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes del Gobierno vasco entre los más de 70.000 vecinos a los que servirá este trazado más las alegaciones presentadas y admitidas, el estudio perfilará un tramo del recorrido de aproximadamente tres kilómetros de longitud, todo bajo tierra. 

En el trazado a concretar se encuentran las dos nuevas estaciones en Rekalde e Irala, que tendrán el formato tradicional de caverna de la mayoría de la red del suburbano, las cuales contarán cada una con dos accesos y salidas de evacuación y a la vez futura ventilación. Estas galerías se utilizarán como rampas de ataque durante el proceso constructivo.

El estudio también concretará la mejor ubicación de los cañones de acceso, teniendo en cuenta la población servida y los condicionantes urbanos de cada estación.

El encargo de ETS tendrá dos periodos a cubrir por el futuro contratista. En el primero, deberá plantear las alternativas con posibilidades de trazado y de conexión con la futura estación soterrada de Abando donde tendrá parada final la línea 4 y cuyos proyectos constructivos tendrán que coordinarse para que se puedan acometer a la vez las obras. Además se tendrá en cuenta la geología del terreno cuyos primeros estudios ya se acometieron el pasado verano. La idea es que durante los trabajos de construcción, que se prolongarán varios años, la afección al entorno urbano sea lo más leve posible. 

En la segunda fase de los trabajos, la ingeniería deberá ya concretar la solución seleccionada como más adecuada, la cual servirá posteriormente como hoja de ruta para efectuar directamente las obras.