En 2022 se han cumplido 85 años de la evacuación desde el puerto de Santurtzi de más de 20.000 niños y niñas a países como Francia, Reino Unido y la URSS para que creciesen lejos del terror de una Guerra Civil que en la localidad vivió un episodio crucial con la toma del municipio y de todo el entorno en junio de 1937. Ahora, varias obras e iconos recuerdan parte de lo que ocurrió y conciencian a la ciudadanía de la sinrazón del conflicto.

Junto a aquel embarcadero en el que partieron, hace menos de un mes el lehendakari, Iñigo Urkullu, y la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno vasco, Beatriz Artolazabal, inauguraron en presencia de sus familias una escultura que simboliza a aquellos niños y niñas. No es, ni mucho menos, la única obra artística o elemento que recuerda lo acaecido. Justo enfrente, desde hace 16 años un mosaico homenajea a los Niños de la Guerra. Se descubrió con motivo del setenta aniversario del inicio de la contienda con la presencia de una nutrida representación de aquellos niños y niñas. Obra del artista cántabro Paco Presa y a través de la cerámica Presa, muestra en cerámica imágenes de varios de los momentos más importantes vividos en Euskadi en esa época: el bombardeo de Gernika del 26 de abril de 1937, el de Durango del 31 de marzo de 1937 y el de Zalla de junio de 1937.

Vapor Habana y refugio

Como no podía ser de otra manera, aparece el Vapor Habana, embarcación que realizó media docena de viajes de evacuación infantil, aunque no fue el único empleado. Además, recoge los países a los que fueron trasladados y simboliza varias de las emociones y sentimientos que experimentaron los pequeños y aquellas familias que se vieron en la tesitura de despedirse, en algunos casos de forma definitiva, para garantizar su supervivencia. Desde 2016 esta mítica embarcación que construida en Sestao y que se botó allá por 1920 cuenta con su espacio en el callejero de Santurtzi. La incorporación del nombre de Vapor Habana al mapamundi santurtziarra llegó a consecuencia de la aplicación de la Ley de Memoria Histórica, una normativa que incumplían siete calles de la localidad entonces. Para ello, se abrió un proceso de participación ciudadana en el que se propusieron nombres alternativos. El Vapor Habana fue seleccionado en la votación final para renombrar la antigua vía Maestro Calles, una de las principales arterias del centro. Un claro homenaje a su importancia dentro de la Guerra Civil en la localidad.

Por desgracia, entre los años 1936 y 1937 Santurtzi fue víctima de un total de siete bombardeos realizados por el bando franquista, de los que seis fueron por vía aérea mientras que otro de los ataques fue naval. En estos ataques hubo, al menos doce víctimas mortales, y decenas de heridos. De todos estos bombardeos, el más devastador tuvo lugar el 29 de abril de 1937, un ataque que causó ocho muertos y 17 heridos. Ante esa constante de ataques que vivió Santurtzi entre agosto de 1936 y mayo de 1937, se utilizó como refugio un espacio subterráneo ubicado en pleno parque central de la localidad marinera. Era allí, junto a otros lugares como el pórtico de la iglesia de San Jorge y el túnel ferroviario que une la localidad con Portugalete, el lugar al que acudía la ciudadanía en caso de bombardeo. Con la última remodelación del parque central santurtziarra acometida entre los años 2009 y 2010 se colocó una placa que indica a la ciudadanía en qué punto del parque central se encontraba aquel refugio en el que los y las santurtziarras se escondían de los bombardeos, algo que no se debe olvidar para que no se repita nunca jamás.