Los jóvenes son el presente y también el futuro. Partiendo de esa realidad es clave escucharles, darles voz y ayudar a que ese potencial que tienen sirva para desarrollar y dar forma a nuevos proyectos en ciudades y pueblos. Eider Cadierno Amat lleva meses trabajando con el colectivo juvenil y lidera un interesante proyecto piloto en el colegio San José de Carmelitas y en el centro de formación Calasanz, ambos ubicados en Santurtzi. Según Eider, esta es solo una primera pieza de un enorme puzzle que hay que montar y en el que serán los propios adolescentes quienes construyan sus proyectos y acciones transformadoras. “Los jóvenes aportan grandes ideas, son generadores de cambios constantes”, apunta. Lo que sucede, en opinión de Eider es que “siempre son cuestionados y controlados bajo la mirada de los adultos”. “Este proyecto no solo busca darles espacios, sino que sean ellos los que creen la acción social en base a aquello que quieran cambiar en su municipio y que sea favorable, bien para ellos mismos o para otros colectivos”, destaca. 

“Trabajamos con jóvenes no solo para darles espacios, sino para que puedan crear acciones”

Eider Cadierno Amat - Técnica de proyectos BizkaiaGara

Los jóvenes de entre 15 y 18 años que participarán en esta experiencia son personas “activas y que ya participan de alguna manera en la red de voluntariado”. Eider hizo hincapié en la necesidad de entender a este colectivo y de no olvidarse que en la pandemia “fueron criminalizados”. “Hay que cederles espacios, los adultos deben apartarse para que se les pueda escuchar, sin criticarles solo por el mero hecho de ser jóvenes”, concluye.