A las 4.18 horas de la madrugada en Zalla, el equivalente a cuatro horas y 45 minutos más tarde en Nepal, los montañeros Unai Llantada y Jose Carlos Tamayo, acompañados desde el municipio encartado por Pablo Olmos, que sufre esclerosis lateral amiotrófica, coronaron el Ama Dablam, la montaña favorita de Olmos. A 6.812 metros lanzaron un grito por la vida que llama a la investigación de la ELA, escribiendo así el capítulo final de la cordada que partió de la localidad el 14 de octubre.

“No puedo dejar de escalar montañas. Aunque mi cuerpo me lo impida, mi cabeza las sigue buscando y te diré una cosa: las encuentra”, dice Pablo, que hace años que no puede moverse por el progreso de la enfermedad. Eso no le ha impedido seguir el curso de la expedición y estar presente en la cima a través de un piolet de la asociación Dar Dar, inspirada por su historia de superación.

Futuro documental

“Todo bien, hemos llegado cansados, nos ha costado bastante porque ha ido todo muy lento y ha hecho mucho frío pero estamos disfrutando aquí arriba y esto es increíble”, expresaron unos emocionados Unai Llantada y Jose Carlos Tamayo, agradeciendo el apoyo incondicional de quienes les han animado desde casa y la treintena de personas que les arropó hasta el campo base del Everest. Entre ellos, al andaluz Miguel Ángel Roldán, que se convirtió en el paciente de ELA en alcanzar mayor altitud, a 5.300 metros de altitud. Sus vivencias se plasmarán en un documental.

En 2018 “Pablo Olmos, ya desde su silla de ruedas lanzó una invitación a la comunidad internacional a sumarse a su cordada, motivando a que toda persona que quisiera luchar por la visibilización de la esclerosis lateral amiotrófica lo hiciera” mediante el proyecto al que pusieron el nombre “los cinco gritos”, rememoran de la asociación Dar Dar.

Aquel primer grito en la Antártida que simbolizaba “el frío que se siente al recibir la noticia de que padeces ELA” supuso el primer paso, al que se incorporaron las asociaciones Dale Candela, Saca la lengua a la ELA, Adela Euskal Herria y Adela Andalucía. Este viaje al Himalaya estaba destinado a ser el segundo desafío, pero la pandemia obligó a aplazarlo. En su lugar, Miguel Ángel Roldán y Jaime Lafita, ambos aquejados de esclerosis lateral amiotrófica, dieron un grito de concienciación en el Teide sobre el deterioro del cuerpo por culpa de una dolencia para la que todavía no se ha hallado cura. En mayo de 2021 Miguel Ángel Roldán ascendió el Naranjo de Bulnes. Un mes más tarde, Jaime Lafita recorrió más de 200 millas por mar y 800 kilómetros en bicicleta tándem para trasladar en el Parlamento Europeo un mensaje por la amistad, el trabajo en equipo y la necesidad de investigar.

El 24 de octubre Miguel Ángel Roldán cumplió la primera parte del ansiado viaje al Himalaya reivindicando que se encuentre una solución contra la ELA.