Balmaseda cierra definitivamente la accidentada cincuenta edición del concurso de putxeras tras la catástrofe natural que se desencadenó este pasado domingo. Aunque el Ayuntamiento y la Cofradía de la Putxera barajaron retomarlo exactamente una semana después, la previsión de alerta por fuertes vientos lo ha desaconseja para evitar riesgos innecesarios. Los 180 participantes han sido declarado ganadores y se devolverá el dinero a los comensales que no pudieron disfrutar de la comida popular y así lo soliciten. Una gala que tendrá lugar a finales de año reconocerá tanto a los fundadores del certamen como “a los trabajadores, bomberos, Policía Municipal, Protección Civil… que han contribuido que esta desgracia haya acabado bien pese a las pérdidas materiales”, agradece Jokin Salaberri en nombre de la agrupación gastronómica. También se entregará el donativo para investigación de la esclerosis múltiple.

Una cuadrilla, esperando la decisión de suspender o no el certamen. E. Castresana

“Todavía seguíamos en fiestas de San Severino, la infraestructura estaba montada”, así que la fecha del domingo 30 de octubre se perfilaba como la más adecuada para volver a encender las ollas ferroviarias y adjudicar la txapela. Sin embargo, a última hora del martes “se reunió el puesto de mando avanzado” que coordinaba la extinción del peor incendio forestal en Bizkaia en tres décadas y “llegaron unos informes meteorológicos bastante adversos, según los cuales venían ráfagas muy fuertes y la alerta amarilla se podía transformar en naranja”. En esta tesitura y también por la premura de movilizar otra vez a invitados y miembros del jurado sin la total certeza de poder seguir adelante. “Queríamos organizarlo bien”, así que la Cofradía y el Ayuntamiento optaron por “dar por finiquitado el concurso de putxeras”.

Entienden que de alguna forma “sí se celebró porque a las 5.30 horas de la madrugada la gente estaba cocinando con normalidad”. Se habían apuntado 180 personas, una cifra muy alta “dado que cada participante solo podía presentar una putxera y no dos como otros años en los que el máximo histórico llegó a las 215”. Además, hubo muchas personas que se inscribieron sin intención de cocinar, tan solo para aportar los cinco euros a la causa solidaria.

Otro grupo, antes de conocer la gravedad del incendio. E. Castresana

La mañana transcurría con la alegría del reencuentro después de no poder festejar San Severino ni en 2020 ni 2021 por la pandemia. Los miembros del jurado, con el Cofrade de Honor Pedro Subijana al frente, se hallaban en el edificio consistorial, a punto de dirigirse al escenario para arrancar la cata de las alubias.

Como en plena noche

Entonces, a las 11.30 horas, “unas ráfagas cortas pero fortísimas de viento” desataron el caos en plaza. En cuestión de quince minutos la noche se cernió sobre Balmaseda: “Nos envolvió el humo y pensamos que algún ascua que hubiera saltado de las putxeras había prendido el casco histórico porque lo veíamos todo muy cercano y verdaderamente pudo haber ocurrido así”.

En medio de la confusión, “de repente saltaron por los aires chapas, toldos, las tapas de las putxeras pudieron haber impactado en alguna persona, el escenario se rajó por la mitad, todo se movía y volaba: las ollas ferroviarias, sillas, mesas, las cuadrillas corrían a intentar buscar un refugio”. Como si de una película de terror se tratara, “nos daba la impresión de que nos estaba arrasando un huracán y venía el fin del mundo”.

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Balmaseda y Zalla evalúan los daños del peor incendio en Bizkaia en 33 años Oskar M. Bernal

Rápidamente “anclaron el escenario a las columnas, se quitó lo que podría tener velas... e increíblemente todo salió bien en aquella locura de viento y fuego” que nunca olvidarán. Con ese “auténtico milagro” se quedan en la Cofradía de la Putxera porque solo unos minutos más tarde el jurado se habría sentado a probar las alubias y “podríamos estar lamentando algo aún peor”.

“Una pandemia, viento y fuego”, desde luego han provocado unas “anómalas” bodas de oro del certamen. A la Cofradía le hubiera encantado coronar un campeón, “pero que entiendan que todos han ganado porque han vivido un momento dramático”. Al menos, cerrarán el año con buen sabor de boca con el evento en reconocimiento a los orígenes del concurso y quienes han posibilitado que este año “se hayan producido pérdidas materiales y no humanas”.