Turkiolo se ha calzado hoy las zapatillas. El durangarra que subió durante un año Urkiola en bicicleta para concienciar sobre la donación de médula, tratará de unir el santuario de Urkiola con la catedral de Santiago de Compostela. Completar la friolera de los 661 kilómetros del bautizado como Camino Turkiolo y hacerlo en siete días.Lo hago para que los que toman las decisiones se den cuenta de que Durango necesita un hospital y lo pongan”, explicó el durangarra antes de salir a realizar su desafío solidario.

Fomentando el turkiolismo; actuar sin pereza ni egoísmo, Mauri Imaz ha partido en la jornada de hoy miércoles desde Urkiola rumbo a Santiago. En la primera etapa deberá completar los 95 kilómetros que separan el santuario de Santo Domingo de la Calzada para poder conectar con el Camino Francés que le marcará el rumbo a su destino. En todo momento estará acompañado de una caravana que lo ayudará con el avituallamiento y el apoyo moral. “Vamos con la Turkiovana gracias a Baskervan y Joaquín el argentino me acompaña. Será Notariolo; el personaje del proyecto que es que va a dar fe de que Turkiolo consigue lo que parecía imposible”, aseguró el durangarra.

En lo que a sus intenciones se refiere, Mauri es consciente de que puede planear muchas cosas, pero cada momento será fundamental para ir tomando decisiones en función de como se encuentre físicamente y psicológicamente. “Lo que tengo que intentar es evitar las lesiones y utilizar el máximo tiempo posible en cuidarme. La idea es ir a un ritmo lo suficientemente bueno como para hacer diez kilómetros a la hora. No hay un tiempo marcado para dormir y otro para correr. Es algo muy complicado de determinar; cuando empiece la guerra iremos viendo cómo transcurren las cosas. Habrá tiempo para comer, dormir y seguro que para sufrir. Vamos a intentarlo”, afirmó ilusionado.

La ‘Turkiovana’

Ha salido cargada y ha partido hoy miércoles desde el santuario de Urkiola con alimentos que llenarán de energía a Mauri. En este sentido, mención especial a Alberdi Harategia de Durango que le ha preparado un total de 55 raciones de pollo con arroz y verdura con el propósito de alimentarle esta semana. Para conseguirlo contará también con varias piñas, sandías, plátanos, dátiles, batidos y bebidas isotónicas.

Si en su primer reto, no había montado nunca en bicicleta y completó durante un año las ascensiones a Urkiola, arrancando a las 06.30 horas para poder compaginarlo con su jornada laboral; en este segundo desafío Turkiolo tampoco tiene mucha experiencia con las carreras a pie. “La verdad que no tengo técnica de correr y cualquier deportista te diría que no lo voy a hacer; es imposible. Nuevamente es más importante la mente, pero evidentemente dando por hecho que se tiene físico. Tengo muy claro que el aspecto mental va a jugar un papel fundamental nuevamente”, valoró Mauri.

Defendiendo que “en la vida como en los cómics, cuando el bueno se rinde siempre gana el malo”, el durangarra Turkiolo dejó un mensaje muy claro antes de comenzar a correr. “Lo único que voy hacer es intentar unir Urkiola con Santiago de Compostela para que todos los durangarras de una vez por todas tengan mejor sanidad. Estoy loco por conseguir esto y que Durango cuente con un hospital. Sin pereza ni egoísmo, lehendakari un hospital en Durango ahora mismo”, concluyó el joven, pletórico de energía y con la idea de llegar a la capital gallega en una semana.