Los vecinos de Galdakao, Zaratamo y Basauri no han podido estrenar esta mañana de viernes el centenario y remozado puente de Mercadillo tal y como preveían tras el anuncio el pasado martes por parte de la Agencia Vasca del Agua, URA, de que hoy iba a abrir el nuevo paso sobre el río Ibaizabal, a la altura de barrio galdakaoztarra de Bengoetxe.

La razón de que se mantengan las vallas todavía en pie viene de la mano del Ayuntamiento de Galdakao que ha impedido la apertura "al no haberse entregado la obra completa", han indicado esta mañana a este periódico desde el Consistorio.

Según las fuentes municipales "a la hora de hacer la transferencia de los trabajos hemos observado que el puente todavía carece de la iluminación prevista además de otros detalles de obra que están sin concluir". Por esta razón el puente, que ya había sido dado por finalizado por URA, todavía deberá permanecer clausurado para peatones y ciclistas, los únicos usuarios posibles en la nueva infraestructura.

Fuentes del Ayuntamiento han especificado además que "a pesar de que durante las obras estamos en contacto constantemente con URA por las obras, nos hemos enterado por la prensa de la apertura del puente" después del anuncio que la agencia realizó el martes pasado.

Desde la Agencia Vasca del Agua, dependiente del departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, no han querido entrar en polémica y han indicado a DEIA que "el retraso en la apertura no es achacable a nosotros, todo está listo para abrirlo de acuerdo con la programación prevista".

El centenario puente de Mercadillo ha sido totalmente restaurado y se le ha sumado una pasarela de acero corten dentro de las obras de encauzamiento del río Ibaizabal que está llevando a cabo la agencia dependiente del Gobierno vasco para evitar inundaciones en toda la comarca.

Un paso histórico

El puente de cuatro arcos, de piedra arenisca con cuatro bóvedas de medio punto, dovelas bien labradas y alturas desiguales, está protegido patrimonialmente por su valor histórico y cultural, pero actuaba como importante obstáculo al libre fluir de las aguas y en episodios de crecidas, acentuaba las inundaciones en la zona por el recrecimiento de la lámina de agua que generaba.

Ante la imposibilidad de su derribo por su caracter monumental, URA diseñó en este tramo del río ensanchar su cauce el doble del natural pasando de 40 a 80 metros. Ello ha obligado a incorporar al puente de piedra una pasarela anexa construida en acero corten.

De momento, según fuentes municipales, hasta que no se concluyan el resto de detalles que restan por acometer, según el Ayuntamiento, no se dará paso libre a los usuarios.