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El bolsillo y la naturaleza frente a la tradición y el ‘tirón’ turístico de las luces navideñas

Hasta la ministra Ribera ha terciado en este asunto para rechazar cualquier injerencia sobre los planes municipales

El bolsillo y la naturaleza frente a la tradición y el ‘tirón’ turístico de las luces navideñas@abelcaballero

En Vigo, por si acaso, empezaron a poner las primeras luces navideñas el 2 de agosto. Lo hacían solo un día después de que el Gobierno español hubiera sustanciado y trasladado a todas las administraciones su propuesta de ahorro energético. Y también por si acaso, la propia ministra para la Transición Ecológica rechazaba esta misma semana que se hubieran planteado limitar o prohibir la iluminación navideña. De hecho, Teresa Ribera depositaba toda la carga en las Alcaldías. “Seguro que encuentran respuestas de ahorro y eficiencia energética”, apostilló.

Y no le faltan razones. El uso extensivo de puntos de luz led es la mejor carta de presentación que argumentan en las corporaciones municipales de pueblos y ciudades. Y eso que las iluminaciones y decoraciones festivas en las calles apenas representan “el 0,001 por ciento” de su factura energética anual. “Algo quizá más visual como los árboles de Navidad, de unos 30 o 40 metros de altura, consumen igual que un secador de pelo doméstico que tenemos todos en nuestras casas”, ejemplificaba Ana Moreno, directora de Comunicación de Iluminaciones Ximénez, empresa cordobesa líder de la iluminación festiva con proyectos en Donostia y en medio mundo.

“Parece que se tiene mayor conciencia de lo que supone la iluminación navideña como inversión más que como gasto”, por lo que muchas ciudades están apostando por “reforzar esta inversión en iluminación navideña” porque “no deja de ser un motor económico para la ciudad” que repercute en la “economía local, en el turismo, en la pernoctaciones”, afirmaba Moreno. Sobre la mesa, eso sí, se espera que haya recomendaciones para no despilfarrar energía y dinero; principalmente encaminadas a la duración de la iluminación navideña que habitualmente va desde la festividad de La Inmaculada en diciembre hasta Reyes, en enero. Las “opciones” más aceptables pasarían por ajustar las horas de encendido más que pulsar el interruptor de apagado y encendido un día u otro.