Bilbao

Detrás de su cuerpo tatuado y su pelo rapado se esconde una mujer sensible, que canta con voz dulce a la vida. El nombre de Haizea comenzó a sonar hace un año tras su paso por programas como La Voz o Got talent en los que logró encandilar al jurado y dejó impactado al público por el timbre de su voz y la ternura con la que interpreta las letras de las canciones. Sin embargo, para esta joven de Getxo el camino recorrido en sus 32 años no ha sido fácil aunque siempre tuvo claro que su pasión era la música.

Cantante hasta la médula.

—Así es. Desde niña tuve claro que quería dedicarme a cantar y nunca lo he dejado, aunque lo haya hecho en mi intimidad.

¿Dónde cantaba?

—En mi cuarto de casa, bajito, para que nadie supiese lo que estaba diciendo. Cuando fui al programa de La Voz me preguntó Antonio Orozko: ¿Tú de dónde vienes? Le respondí: De mi cuarto.

No le mintió.

—No, no, para nada porque fue así.

¿Le daba vergüenza?

—Muchooo. Me he grabado mucho para escucharme, pero siempre me ha dado mucha vergüenza. Siempre he cantado para mis adentros.

¿Es una mujer tímida?

—Depende de con quien, me cuesta abrirme. Cuando era pequeña sí estuve más metida en mí, y no me dejaba hacer cosas que yo quería.

Es una mujer que sorprende.

—Bueno, sí, pero no hay que dejarse llevar por el físico de la gente.

¿Que se esconde detrás de ese cuerpo tatuado y con el pelo rapado?

—Soy una mujer normal a la que le encanta cantar. Mi imagen ha ido surgiendo con los años y durante mucho tiempo he llevado el pelo largo, me lo he teñido de colores... El pelo me lo rapé tras un viaje a Thailandia. Ahí fue cuando decidí deshacerme de todo lo que durante años me ha hecho daño. Fue un desahogo y lo transmití a través de este corte de pelo total.

¿Es camaleónica?

—Soy camaleónica cantando y es a través de las letras cuando se conoce a la verdadera Haizea. Me gusta cantar todo lo que me hace sentir bien. La imagen no siempre refleja la verdadera personalidad de la gente. Hay que indagar en el interior.

Es una mujer de contrastes.

—Pero es lo que gusta de mí. A la gente le sorprende y le sigue impactando. Algunos pueden pensar que soy chulita, pero para nada. Cuando la gente me conoce me dicen: para nada pensaba que fueras así.

Con esa imagen parece que va a coger la guitarra eléctrica...

—Para nada. A la guitarra me acompaña mi pareja.

¿Ah sí?

—Sí, él es bombero, mi compañero de viaje, tatuador y, además, se metió en el mundo de la música cuando vio que era mi pasión. Ahora en mi carrera musical formamos pareja artística.

¿Qué le ofreció su paso por la televisión?

—Fue una experiencia que sirvió para que se escuchara mi voz, pero una experiencia también de esperanzas truncadas.

¿Por qué?

—Porque la carrera musical te la tienes que trabajar igual, sin padrinos.

Ya tiene álbum.

—Sí y se podrá escuchar en Gogorregi. Espero que guste a la gente.