Bakio dispone ya de un nuevo instrumento de planeamiento general adaptado a la actual coyuntura social, económica, cultural, medio ambiental y urbanística. El Ayuntamiento, en sesión plenaria celebrada el jueves, aprobó con los votos a favor de BakioBai y EH Bildu, y en contra del PNV, el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). “Es el paso más importante que ha dado este Ayuntamiento en años”, resumieron desde el equipo de gobierno.

No obstante, los responsables municipales subrayaron que, a pesar de definir el marco general, todavía quedan “muchas decisiones que tomar para completarlo y enriquecerlo”. Un documento al que se le ha dado luz verde ahora, pero cuya redacción comenzó hace un lustro con el objetivo de sentar las bases para representar el futuro de Bakio. Un nuevo modelo de pueblo que definen desde el Consistorio como “Bakio, sin prisa”.

Una vez definidas las bases del plan, que permitirá edificar un máximo de medio millar de viviendas, el Consistorio inició una serie de estudios como el plan de ordenación del monte de utilidad pública; el estudio hidráulico y ambiental del río Estepona y el arroyo Ondarre; el documento que define las bases de movilidad sostenible y el plan de adaptación al cambio climático. Después, tras redactar los diferentes trabajos para un mejor conocimiento del territorio, en 2019 se inició la contratación del grupo técnico de trabajo para la redacción del plan. “La labor de este grupo técnico ha consistido en aunar todo lo realizado en años anteriores y diseñar un marco jurídico que deje consolidado el modelo de pueblo, es decir, convertir todo lo dicho en ley”, indicaron fuentes municipales.

Así pues, con la aprobación inicial del PGOU ahora comienza la fase de exposición pública del documento. “Una vez aprobado inicialmente el marco que ordenará el territorio, se abre el plazo de exposición pública y de alegaciones para que la ciudadanía pueda realizar sus propuestas”, apuntaron. Un periodo de consulta pública que será de tres meses y estará dividido en diferentes fases.

Plan viario

Por su parte, el grupo municipal del PNV, justificó su negativa al nuevo plan al señalar que “carece de un planeamiento viario que aborde los problemas de tráfico existentes”. A este respecto, señalaron que en el tramo de carretera que cruza el municipio “se mezclan la circulación urbana, interurbana, peatones, bicicletas y transporte pesado, y la convivencia resulta complicada”. “Este PGOU no define viales alternativos que descongestionen la carretera central o que mejoren la red de carriles bici y sus interconexiones”, aseguraron. A este respecto, matizaron que “el único vial alternativo que recoge es una simple solución encajonada en el puente Zubiaur con varios giros de 90 grados que finaliza en el estrechamiento de Txirrikalde kalea para salir a Bentalde. Si actualmente este mismo recorrido no es apto para circular con seguridad y comodidad , ¿cómo se puede dejar este vial, tal cual, para los próximos 10-15 años?”, cuestionaron.

Por otra parte, consideraron que el nuevo plan no desarrolla espacios destinados a servicios o una zona comercial que revitalice el activo económico y social. “Nos preguntamos qué ha pasado con el nuevo centro urbano que se trató y debatió en el proceso participativo y que no aparece ni se menciona en el nuevo plan”, apuntaron. Del mismo modo, afirmaron que la trama urbana que presenta “no aporta valor añadido a Bakio en el sentido de que no dispone ningún espacio que contribuya a concentrar actividad económica y red social que facilite no solo residir en Bakio, sino también generar más servicios y poder trabajar en el mismo pueblo”.

Asimismo, manifestaron que no se ha pensado en los diferentes barrios de Bakio. “Esperábamos intervenciones en las conexiones con los barrios mediante mejoras en accesos, ampliación de arcenes para mayor seguridad y visibilidad, y terminar con los problemas de movilidad en estas zonas donde ir andando o paseando supone un riesgo”. Además, creían que se acometerían “soluciones que dejaran atrás por ejemplo los actuales problemas del servicio municipal de recogida de residuos y reciclaje”.

Por último, sostuvieron que es “muy complicado el sistema de ejecución de las unidades urbanizables, integrando terrenos muy dispares y distantes. “Entendemos que puede frenar el ritmo de edificabilidad y que no vaya a la par con las necesidades de la población, es decir que no haya suficiente oferta de vivienda por el intrincado proceso de ejecución”, zanjaron.