El parque Uriguen de Mungia fue ayer domingo un gran restaurante al aire libre. Sin estrellas Michelin pero con cocineros y cocineras de alto nivel, se presentaron casi 200 sukalkis a un concurso que goza de una fama bien merecida. Y es que la presencia de las cazuelas, así como el olor que desprendía cada uno de los guisados, dejaron claro que hay nivel. Después de varios días de fiestas, amanecía temprano en Mungia, aunque hubo quien no descansó y juntó la juerga del sábado noche con la tarea del domingo, porque en el Concurso de Sukalki de Mungia hay que trabajar: cortar verduras, preparar la carne, estar atento al punto del guiso… Todo para lograr convencer al jurado, pero lo cierto es que más allá de la competición, el Sukalki Eguna es una jornada en la que disfrutar en cuadrilla, en familia.

El parque Uriguen presentaba un lleno total y eso a pesar de que la participación ha descendido este año con respecto a la última edición. Pero 200 sukalkis son muchos sukalkis, con sus cuadrillas alrededor. Una de las características del sukalki de Mungia, y que además lo dota de un carácter de lo más participativo es la variedad de perfiles que cocinan siguiendo al dedillo las recetas. Desde cuadrillas veteranas que llevan la friolera de más de 50 ediciones, a las cuadrillas más jóvenes, que se estrenaban ayer domingoen esto de cocinar sukalki. Entre otras cuadrillas, ayer participaban por primera vez la formada por Haritz, Naroa, Mikel y un largo etcétera. Desde las 5 de la mañana llevaban en Uriguen para coger sitio. Uno de los secretos para su sukalki era “hacerlo con cariño”, aunque admitían que siendo la primera vez el objetivo principal, además de disfrutar del día, era que saliera bueno, que se pudiera comer. Un vistazo a su cazuela bastaba para darse cuenta que ese sukalki iba a estar rico.

En el otro extremo, con más de 50 participaciones, Jokin Bikario y Fernan Urturi se afanaban por poner lo mejor de su conocimiento en el guisado, que tenía un aspecto inmejorable y olía a gloria. La experiencia es un grado y llevar desde los 14 años cocinando en este concurso, se nota a la hora de manejar los tiempos, algo clave para un sukalki de diez. Como ingrediente principal, también “el cariño”, imprescindible a tenor de lo que las cuadrillas comentaban cuando se les preguntaba por el secreto de un buen sukalki. Ayer domingo se iban a juntar a comer unas 20 personas, pero para cocinar faltaron la mayoría, y el tajo duro lo sacaron adelante entre unos pocos. Pero con buen humor y con alegría, un trago de vino de vez en cuando y el almuerzo, también imprescindible en la jornada de ayer, se organizó todo mucho mejor.

Y es que además de los sukalkis, las cuadrillas cocinaron de todo; tocino asado, chorizo, tortillas de patata…, un menú completo para reponer fuerzas y encarar la jornada festiva con garantías. Otra cuadrilla que preparaba con mimo el sukalki fue la de Ibai Alzaga y Andrea Ibañez, a los que acompañaban varios pequeños. “Como hay gente que vivimos en otros pueblos, hoy sobre todo es un día para juntarnos y disfrutar”, comentaban. Era el séptimo año que participaban y el objetivo sobre todo era pasar el día, sin pretensiones de ganar el concurso. Al frente de la organización este año han estado las y los integrantes de Mungia Rugby Taldea, unas treinta personas que han metido muchas horas para que todo saliera como debía, ya que se trata de uno de los eventos más multitudinarios de las fiestas de Mungia. Con la tarde ya avanzada, tocaba ir despidiendo los Sampedros de 2022. Para ello, a las 00.00 horas se hizo la despedida de Marijata y la quema de pañuelos habitual.