La finalización de las obras de construcción de la variante de Saratxo por parte de la Diputación Foral de Araba ha mejorado sustancialmente la seguridad de la carretera que conecta con la ciudad de Orduña, pero ha provocado también algunos problemas en el punto en el que el vial se adentra en territorio vizcaino. Uno de ellos es la diferencia en la anchura del arcén entre la nueva carretera y el tramo de la BI-625 que discurre frente a las piscinas municipales de Orduña y los equipamientos y zonas de esparcimiento de La Muera.

Con el objetivo de buscar una solución para estas y otras deficiencias, una delegación del Ayuntamiento de Orduña se ha reunido con el director de Innovación y Gestión Viaria de la Diputación Foral de Bizkaia, Jon Larrea Arrutia. En ese encuentro, el representante del ente foral ha asegurado tener conocimiento y haber planteado ya una acción para la problemática detectada en ese punto de la BI-625 y la previsión es ampliar el arcén a la misma anchura de la carretera proveniente de Saratxo, realizando un desbroce y un pequeño desmonte, tanto en el lado izquierdo como en el derecho de la calzada, unas labores que estarán ejecutadas a lo largo de este mes de julio.

Y para garantizar la seguridad en una zona muy concurrida por la población, sobre todo en verano, el Consistorio ha solicitado también la instalación de señalética o cualquier otro tipo de elementos que consiga moderar la velocidad de los coches. Además pidió culminar el tramo que Diputación de Bizkaia aún no ha rematado de la carretera de acceso a Bedia.