a amenaza de lluvias no fue suficiente para desanimar a las cientos de personas que ayer jueves tomaron parte en las distintas sanjuanadas organizadas en todo el Territorio Histórico de Bizkaia. La respuesta ciudadana a este festejo popular fue el que corresponde tras dos años desaparecido del calendario por fuerza mayor. Y ello a pesar de la tremenda tromba de agua que cayó sobre las tres de la tarde, especialmente en la capital vizcaina.

Tras el paréntesis de la pandemia, los barrios de la villa se sumaron a una celebración muy arraigada y con gran tradición en la cultura vasca. El Ayuntamiento había concedido licencia para quemar repartidos por Deusto, La Ribera de Deusto, San Inazio, Matiko, Zurbaranbarri, Parque Etxebarria (la única oficialmente suspendida), Santutxu, Otxarkoaga, Abusu-La Peña, San Adrián, Irala, Zorrotza, Bilbao La Vieja, Masustegi e Iturrigorri-Peñascal. A la hora del cierre de esta edición no había constancia de más suspensiones.

Las hogueras fueron levantadas con todo tipo de material. Principalmente maderas que durante estos pasados días habían sido depositados y apilados -no más de tres metros de altura- concienzudamente por los colectivos organizadores de este evento festivo. Construyeron donde pudieron hacerlo porque no todos los emplazamientos cumplen con las medidas de seguridad requeridas por las autoridades. "Es importante designar a responsables de la hoguera y que notifiquen al Ayuntamiento que se va a producir la quema y que está autorizada", recordaba Asier Luja, subinspector del Servicio foral de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento de Bizkaia.