El Consorcio de Transportes de Bizkaia (CTB) actuará en los próximos años en seis puntos de la Línea 1 de Metro Bilbao para tratar de reducir el impacto del ruido que generan las unidades sobre los vecinos de Erandio, Getxo, Bilbao y Sopela. En este último municipio, además, se va a poner en marcha un proyecto piloto con minibarreras que combatirán el ruido precisamente donde se genera: cerca de las ruedas de las unidades.

El CTB está culminando actualmente la elaboración del Plan de acción contra el ruido y las vibraciones de las líneas de ferrocarril metropolitano de Bilbao, la hoja de ruta que marcará las actuaciones que se llevarán a cabo en los próximos años, hasta 2024. Se trata de un documento que cada cinco años establece las prioridades en materia de contaminación acústica en el suburbano. Se encuentra en fase de exposición pública, durante la que se recibirán alegaciones de vecinos y entidades, tras la cual se aprobará de forma definitiva.

Una de las principales dificultades a las que se enfrenta el Consorcio de Transportes de Bizkaia a la hora de paliar el ruido que genera el metro a lo largo de su trazado es la necesidad de idear soluciones prácticamente a la carta para cada una de las localizaciones. Ello, unido a lo constreñido que discurre el trazado, por zonas urbanas y muy pegado a edificaciones -que hace muy difícil a menudo la instalación de pantallas acústicas-, hace que se tengan que probar diferentes métodos que en ocasiones funcionan en un sitio pero no en otro. "No hay un catálogo de soluciones para el ruido, una solución de mercado. Es mucho más complejo porque lo que te vale en un sitio no te vale en otro. Haces pruebas, mides antes y después, y ves si ha funcionado", explican desde el CTB. "Te puede pasar incluso de un tren a otro. Tienes mediciones muy buenas durante un rato y de repente pasa otro tren y el ruido se dispara".

A modo de pruebas piloto se han llevado a cabo en los últimos meses dos actuaciones. Por una parte, se han instalado barreras acústicas vegetales en la calle Cristóbal Colón, junto a la estación de Neguri en Getxo, que ha supuesto una inversion de 138.323 euros. "Ha funcionado muy bien", apuntan fuentes del CTB. Asimismo, también se está probando el resultado de una pantalla acústica en Sopela, en la calle Sugurdialde de Larrabasterra, a lo largo de 181 metros. Se trata de paneles fonoabsorbentes -que absorben el ruido- de dos y cuatro metros de altura, con relleno de lana de roca. "Las mediciones posteriores son muy buenas", valoran de igual forma desde el CTB. El problema es que es difícil extrapolar estos sistemas a otros lugares que también experimentan contaminación acústica.

En esta situación se encuentran las zonas de los entornos de las estaciones de Neguri, Areeta y Gobela, en Getxo; y Erandio, y San Inazio, en Bilbao. "Sabemos dónde tenemos ruido y vibraciones, y dónde tenemos que actuar; en algunos casos sí que parece más claro cuál es la solución, pero en otros, cómo estos, en los que ya se ha actuado y no se han logrado mejoras, trataremos de buscar un método que ahora mismo no está en el mercado, porque no cabe o porque no es viable. Es por eso por lo que estamos buscando otras ideas nuevas que puedan ser de aplicación", explican desde el CTB. Para ello, se va a contratar a una ingeniería que aporte su experiencia para buscar una solución.

La contaminación acústica se concentra sobre todo en las vías que discurren en el exterior y, de hecho, todas las actuaciones que se llevarán a cabo combatirán situaciones al aire libre. Apenas se registran problemas de ruido en túneles -aunque sí por vibraciones-, a excepción de los entornos de las estaciones de San Inazio y Erandio que técnicamente tampoco son túneles sino trincheras, al cubrirse la zanja que se abrió para tender las vías cuando se construyó el metro.

En Sopela se quiere actuar en los alrededores de las estaciones del mismo nombre y de Larrabasterra, donde se concentran 57 edificios con más de 55 dBA en horario nocturno; en el entorno de la segunda estación se ubican, además, el instituto y el centro de salud. En el entorno de la parada de Neguri, que se ubica en una zona de curva cerrada, hay 25 edificios afectados por niveles altos de ruido, mientras que alrededor de la estación de Gobela son seis bloques de viviendas. Alrededor de la parada de Areeta el problema son las vibraciones, al igual que en Erandio -viviendas de siete alturas en la calle Felix Ortun y las inmediaciones-, y en la estación de San Inazio, donde las viviendas afectadas son de antigua construcción, anteriores al metro.

AMOLADO DE RUEDAS Y VÍAS

Al margen de estas actuaciones concretas, tanto Metro Bilbao como el CTB desarrollan de forma periódica diversas acciones para reducir el ruido que genera el metro. Así, por ejemplo, cada dos años se amolan los raíles de todas las líneas, uno de los puntos que más sonido genera al tener las unidades ruedas metálicas. Solo en 2020 se amolaron 61,6 kilómetros de vías, además de las de las estaciones de San Inazio, Etxebarri y Basauri, y de toda la traza entre Basauri y Kabiezes.

También se sustituyen los carriles, que se van desgastando por el uso -2,7 kilómetros-, por otros más resistentes y que retrasan la aparición de ondulaciones, la principal causa de la generación de ruido en los trenes, y se instalan diferentes sistemas de amortiguación en las vías. El CTB, además, ha adquirido un torno nuevo para amolar las ruedas de las unidades del metro. Cualquier pequeña muesca las hace chirriar y, cuanto más contorneados estén sus perfiles, menos ruidos generarán. Y es que tan importante es el mantenimiento de las vías como del propio tren por lo que las actuaciones se realizan en ambos. De esta forma, actualmente existen dos tornos de última generación tanto en el taller de Sopela como el de Ariz.