¿De dónde proviene el logotipo de DEIA? ¿El que asienta el caballo está fumando o tocado una corneta? ¿Quién fue el que lo diseñó? El 27 de junio de 2021 fui a ver la exposición temporal que un grupo de tallistas de Arrankudiaga, Arrankuegurra, expuso en Orozko Museoa. Entre las tallas que había, de repente, una me llamó la atención. No daba crédito a lo que estaba viendo. Estaba con mi hija Udiarraga y le pregunté a ver qué veía ella: me dijo que era un caballito con un trompetero.Era domingo y había bajado de Itzina más rápido de lo habitual; el museo cierra a las 14.00 horas y el tiempo apremiaba. Marché contento, como si hubiera vivido un descubrimiento. Vi una historia que contar.

En una de tantas conferencias a las que acudo del profesor y etnógrafo, Alberto Santana Ezkerra, desgranó el bilbaino los 450 objetos aproximadamente que había dentro de un caserío vasco. Dedicó tiempo para hablar de la Kutxa, el arca vasca. Es el mueble que abunda más en los anticuarios, se estima en algunos casos 10 por caserío, variando su número con relación a la riqueza. Su función en origen fue la de guardar sábanas y ropa. En la portada de la catedral de Tudela está tallada el arca de paños, dos tipos meten ropa a presión en una Kutxa (1210).

Las mujeres que iban a casarse acudían al otro caserío llevando su arca de boda. A los desheredados se les daba puerta con una kutxa. Sigue dictando Alberto Santana que el mayor mueble de la casa es el ‘troge’ de trigo, una gigantesca kutxa, el contenedor de trigo y mijo (solo quedan unos 30 ejemplares). No obstante, las kutxas de tamaño habitual se utilizaban para el grano, distinguiéndose de las demás al disponer de un pequeño cajón para la simiente, el grano que no debía consumirse para poder sembrar el próximo año, la raya roja de la época.

Empecé a llamar al dibujito ‘el caballito de DEIA’ al ir anotando los primeros apuntes e ir recurriendo a varios expertos para recabar opiniones, inconexas totalmente entre sí.

Santana Ezkerra me ofrece el dato, la certeza de la ubicación de quién cinceló esa Kutxa, que de pequeña vi en Orozko, con el caballito logotipo de DEIA. Solo existen 10 ejemplares. Proceden de un par de talleres de carpintería de Urretxu, en el siglo XVIII, apunta Alberto. Otra fuente me dice que los talleres estarían en Legorreta, Tolosa o en la propia Ordizia.

Sigo revolviendo y contacto con un amigo con el que compartí actividad en el departamento de Etnografía de Aranzadi, Jon Urbistondo (Donostia). Él es un estudioso de las kutxas, es su pasión. En cuanto le comento lo del dibujo, a trote me dice que me envía copia de una publicación del Museo Municipal de San Telmo editada en San Sebastián en 1962 y firmada por quien fue director del museo, Gonzalo Manso de Zuñiga. Boletín de la RSBAP, año 18 cuaderno 4 (1962) pp. 353-359.

Titulado Las kutxas de caballos, son 10 páginas temáticas de las 10 arcas vascas con el mismo dibujo y esculpidas en madera. Dice Manso que visitó miles de caseríos en toda Euskal Herria y que solo vio esas 10. Pero sin menospreciar nada su trabajo, sin él no estaría escribiendo esto, erró en decir en la introducción que, “al parecer, pipa de un tamaño abundantemente desproporcionado con el cuerpo del personaje”, en relación con lo que lleva en la boca el jinete.

Veamos cómo describe Manso a la Kutxa de DEIA. Dice: “En ella pueden verse dos personajes cabalgando sobre sendos caballos muy panzudos y de cortísimas patas; ambos jinetes hállense enfrentados, siendo su tallado en bajorrelieve y en un silueteado sumamente ingenuo y primitivo, en un todo impropio de la época en que el mueble fue construido, el cual no pudo ejecutarse más allá de mediado del siglo XVI”.

El propio Manso tenía una de las 10, acaso la mejor, proveniente de un anticuario de Gasteiz, comprada en 1916, y depositada en el Museo de San Telmo. Manso de Zuñiga fue escritor, publicista, pintor, dibujante, miembro de la RSBAP y académico de Bellas Artes en San Fernando. Nace en Haro (1902) y fallece en Donostia (1982).

En el palacio Barrena de Ordizia (lugar público) tienen dos de esas kutxas. En uno de los paneles transparentes que hay, cita Manso que la decoración de caballo y jinete está tomada de las estelas prerromanas o vasco-romanas, acaso de un artesano del lugar. Que son ‘lifanes’ o cuernos.

Sigo con otro contacto, además es en un lugar precioso, en Artaun, Dima, en Antzasti Baserria (único caserío musealizado existente). Abel Ariznabarreta es hombre del lugar, profesor de EHU/UPV y actualmente director del Anuario Eusko Folklore fundado por Jose Miguel Barandiaran en 1921.

Ahora voy a contar que quien dibujó el logotipo de DEIA. Fue Enrike Ibabe. Trabajaba en Aurman y a esta agencia de publicidad le encargaron el diseño de un logotipo o marca. Abel era íntimo amigo del etnógrafo bilbaino y nunca le contó nada. Enrike, también amigo y maestro mío, especialista en cultura popular y sobre todo en Gorbeia, era persona sumamente discreta. En las Historias Montañeras que publico los domingos, le he dedicado dos artículos.

Le pido a Abel que me interprete la Kutxa, reproduzco un párrafo. Dice: “En mi opinión, el artista que diseñó el logo de DEIA ha querido recuperar la escena en su integridad original, dotándole de todo su significado, en el sentido de que dicho caballero está cumpliendo con algún tipo de encargo social, más allá de su propia iniciativa personal. Me refiero al hecho de dar a conocer alguna noticia o hacernos partícipes de algún tipo de evento de trascendencia social que nos atañe, en coherencia con el lema de -gure lurraren deia-.

Otros dos informantes han sido el director del departamento de etnografía de Aranzadi, Fermín Leizaola Mintxo, y Antton Arrieta, director que fue de GORDAILUA, el contenedor cultural vasco en Irun.

Escribir este relato, que para mí ha sido como un cuento, ha sido grato y he aprendido mucho profundizando en el caballito de madera. Quiero agradecer a Alberto, Jon y Abel su conexión conmigo, pues sin ellos posiblemente no se hubiera escrito la historia del logotipo de DEIA.

Enrike Ibabe dibujó el logo de una talla de San Telmo, escudado en el trabajo de Manso de Zuñiga que os he contado. El propio Enrike se lo contó a Alberto Santana, el guardián de la historia del arca de Noe vasca.

Y para finalizar me quedo con la última cita literal del propio Santana a mi pregunta sobre quién es el jinete, dice esto, “El personaje representado puede ser un correo de la estafeta que recorría el Camino Real de Postas de Madrid a Francia por el valle del Oria”, la N-1, cambiando de caballo; es decir un cartero o correo Postal, que anunciaba su llegada a las plazas principales (donde se hacía el cambio de postas) haciendo una llamada con la corneta. Esa es la idea que inspiró a Enrike: DEIA = La Llamada... de la corneta”.