Sin duda alguna, la pandemia se ha convertido en un reto para toda la sociedad, pero, especialmente, para aquellas personas que cada día alzan la persiana para llenar las ciudades de actividad ofreciendo los mejores productos y servicios para la ciudadanía. El comercio y la hostelería de Barakaldo han tenido que adaptarse constantemente a los cambios que la situación pandémica de cada momento requería y, todo ello sin perder eso que hace del comercio y la hostelería de proximidad algo único: el trato personal y cercano a los clientes. Además, ambos sectores han implementado innovaciones y buenas prácticas con las que se han convertido en más competitivos si cabe. DEIA ha charlado con cuatro profesionales del comercio y la hostelería barakaldarra que, representando a cuatro asociaciones de la localidad, han mostrado su experiencia en estos tiempos tan difíciles y llenos de incógnitas.

A mediados de marzo de 2020, un virus hasta entonces desconocido frenó en seco el mundo. Tocaba encerrarse en casa y, en el caso del comercio no esencial y la hostelería, cesar su actividad. Ana Morgado, peluquera y presidenta de la asociación ACE Barakaldo analiza aquellos primeros meses del coronavirus. "Es una situación que sobrepasó a todo el mundo por su magnitud y porque fue algo repentino. No sabíamos qué hacer, no teníamos información ni medios y es admirable lo que hemos hecho en este tiempo en el comercio de proximidad", reconoce Morgado. Esa situación llena de incógnitas en el aspecto sanitario, económico y laboral también, como es lógico, generó miedo en el sector comercial barakaldarra. "Teníamos más miedo que medios, ha sido una situación estresante para todos, pero sobre todo para los negocios pequeños", apunta Morgado. Ese miedo también lo sintió Mariví Gómez y, como ella, muchos compañeros y compañeras de la asociación Comercio San Bizente. "La situación daba miedo. Tuvimos que cerrar y hubo que intentar retrasar recibos y pensar qué teníamos que hacer para poder volver a trabajar", explica Mariví. Finalmente, llegó el día de poder alzar la persiana y la incertidumbre ante lo desconocido y la nueva forma de trabajar y organizarse marcaron las primeras jornadas. Protocolos de desinfección constantes, mantenimiento de la distancia de seguridad, reducción de aforos, equipos de protección para los trabajadores, adquirir dispensadores de gel hidroalcohólico... Se volvía a la actividad, pero de una forma completamente distinta. "Tenías incertidumbre sobre si lo estabas haciendo bien o no, y luego el tiempo ha demostrado que lo hemos hecho bastante bien", apunta Morgado. "Era miedo a no saber a lo que te enfrentabas, nos fuimos adaptando sobre la marcha. Yo les decía a mis compañeros y compañeras que ánimo, que no iba a ser tan difícil como parecía", señala Mariví.

Ante esta situación, el comercio ha tenido que reinventarse y buscar vías para que la clientela pueda seguir acercándose a sus productos y servicios de una manera, también, no presencial. Ahí ha irrumpido con fuerza el comercio on line. Así las cosas, ACE Barakaldo, de la mano de Inguralde, ha puesto en marcha la plataforma Barakaldo Store. "Es una herramienta que llega para complementar el servicio que ya ofrecemos, no viene a sustituir a nuestra atención personal y cercana, ese valor que sólo tiene el comercio de proximidad debemos seguir potenciándolo, pero también queremos acercarnos a otro tipo de clientes y con esta plataforma creo que lo logramos", desarrolla Morgado. "Viendo la situación que se estaba viviendo, muchos vimos imprescindible dar el paso de impulsar el comercio digital", apunta Mariví, quien, de momento, ha optado porque su negocio Perfumería Mariví forme parte de la plataforma Eup! de la Diputación Foral de Bizkaia.

En constante cambio

Si un sector ha vivido en sus propias carnes los vaivenes y las incógnitas que dibuja la pandemia, es el sector de la hostelería. Como otros muchos sectores, tuvieron que echar el cierre a mediados de marzo de 2020, pero ellos fueron los últimos en volver a levantar la persiana. Desde que pudieron volver a abrir allá por junio, los cambios han sido constantes e, incluso, han tenido que volver a cerrar sus negocios en los periodos en los que Barakaldo ha estado en la zona roja de contagios. "En la hostelería es donde más interacción social hay, sí, pero creo que la hostelería ha recibido la culpa de muchos contagios que no se han generado en nuestra actividad. El cambio de normativa ha sido constante y los hosteleros hemos tenido que estar, en ocasiones, más pendientes de los boletines de las instituciones que de otra cosa", explica David Martín, presidente de la asociación Hostelería San Bizente. "Los hosteleros no sabíamos muchas veces qué normas se iban a aplicar, hemos estado en constante adaptación y eso ha sido difícil tanto a nivel laboral como psicológico. Está siendo duro y esperamos empezar a remontar", apunta Ritxar Fernández, presidente de Hosteleria Berria Elkartea. Y es que en cada situación se han aplicado unos horarios de cierre diferentes, porcentajes de aforo distintos e, incluso, limitaciones diferentes en el número de personas por mesa. Por el momento, el consumo en barra está prohibido y Martín advierte de que "será muy difícil de recuperar pese a ser tradición en Euskadi".

En lugar del consumo en barra, han florecido terrazas más espaciosas gracias a los permisos dados por el Ayuntamiento de Barakaldo. "Al Ayuntamiento le tenemos que agradecer las ayudas que nos ha dado, pero, sobre todo, el haber dado la opción de ampliar terrazas. Eso ha salvado varios negocios, aunque, por desgracia, no ha salvado a todos", remarca David. Ahora, el trabajo para poder abrir de las y los hosteleros es mayor, no sólo hay que desinfectar casi constantemente las mesas, sino que también hay que diseñar las terrazas y comedores en función de las normas que estén vigentes. "Ahora trabajamos mucho más porque hay que retirar mesas en función del aforo y la labor de limpieza es mucho mayor si cabe", indica Ritxar. Si las terrazas han sido un salvavidas, otro ha sido la puesta en marcha del servicio a domicilio, algo que se ha extendido entre muchos locales hosteleros de la localidad. "Ahora la atención a domicilio ha crecido mucho y casi todo el mundo lleva comida a domicilio. Si antes éramos quince las personas que teníamos este servicio, ahora somos 35 y creo que es algo positivo para el sector, es un servicio extra y cada uno hemos buscado una vía de innovación. Creo que se mantendrá en un futuro", dice.

Para impulsar el consumo en comercio y hostelería, el Ayuntamiento de Barakaldo ha realizado tres campañas de Bono Consumo y habrá una cuarta a la vuelta del verano. "Son una ayuda y más en la situación actual porque animan a la gente a comprar", indica Ana Morgado. "Está claro que es algo positivo, la pena es que la hostelería en las dos primeras campañas no le hemos podido sacar rendimiento por los cierres o las limitaciones horarias", apunta David Martín. El comercio y la hostelería se retroalimentan y ambos dan color y vida a Barakaldo y desde ambos sectores lanzan el mismo mensaje a la ciudadanía; "Que vengan porque les brindaremos la mejor de las atenciones, buenos productos y confianza".