Ya se dieron muchos datos el pasado año sobre cómo las carreteras se quedaron huérfanas de vehículos como consecuencia de los efectos de la pandemia del covid-19. Pero no ha sido hasta que la Diputación Foral ha publicado su estudio anual de la evolución del tráfico en la red viaria de Bizkaia cuando realmente se percibe el batacazo que para la movilidad del territorio supuso la plaga del coronavirus, con pérdidas en días laborables de más de 580.000 vehículos.El ente foral solo ha publicado en su web un avance del estudio, pero la incidencia de la pandemia fue tal que le dedica un apartado exclusivo en el informe redactado a este escenario inédito en las infraestructuras viarias de Bizkaia.

En el mismo se concreta cómo en lo más duro del confinamiento, durante el mes de abril y más exactamente en sus días laborables, cuando más tráfico se genera, las carreteras parecían casi vacías como protagonistas de películas apocalípticas.

Si durante 2019 los viales acogieron 923.756 vehículos de media de lunes a viernes, el pasado ejercicio solo usaron el asfalto 340.000, es decir, 583.736 vehículos de reducción. O lo que es lo mismo, se perdieron casi dos de cada tres coches, furgonetas, motos y camiones, un 63,2% del total de vehículos.

Pero es que, en porcentaje, el descalabro fue mayor durante los domingos de ese abril que nos robó la pandemia encerrándonos en casa. En concreto, en esos cuatro festivos, se perdió de media un 86,4% de la movilidad al contabilizar la red de aforos de la Diputación 72.783 vehículos contra los 533.222 registrados durante normalidad del año anterior. Es decir, 461.639 de caída.

A pesar de que los camiones y tráileres fueron servicio esencial durante la pandemia, ese fatídico cuarto mes también cercenó el tráfico pesado por los corredores principales de la red. La bajada fue de más de un 40% con respecto al ejercicio precedente, al contabilizarse los días laborables una media de 38.621 camiones, unos 27.000 menos que los 65.678 registrados en 2019.

Dentro del negro panorama no toda la red viaria se comportó igual. Entre las 18 estaciones de aforos que la Diputación califica de principales, la que más tráfico perdió fue la ubicada en la muga con Cantabria, en la autopista A-8 a la altura de El Haya. En este punto, el descenso por día laborable durante el mes de abril alcanzó un 75,9%, al caer de 51.706 vehículos de media registrados en 2019 a 15.461 el pasado año. Lógicamente, su ubicación entre las dos comunidades autónomas influyó para registrar esa cifra récord.

En el otro extremo se encuentra la estación 156.A, localizada en la carretera BI-625 a la altura de Arrigorriaga. Por ese punto circularon de lunes a viernes, de media, un 58,2% menos de vehículos en el mismo abril. En concreto se pasó de casi 22.000 a cerca de 10.000 en el plazo de un año.

La gráfica de los datos recogidos en todo 2020 por la red de sensores foral pone blanco sobre negro en cuanto a cómo los diferentes periodos de confinamiento marcaron los tráficos siempre a la baja, incluso durante el verano de 2020, cuando hubo libertad de movimiento casi total. El informe destaca cómo los tráficos medios mensuales “varían del -67,5% en el mes de abril (en pleno confinamiento) hasta el -2,5% de agosto”.

El tráfico es un termómetro perfecto para las olas de coronavirus que padecimos el pasado año. La primera, entre marzo y junio, desveló retrocesos en marzo de un 37,5% (de promedio), el referido -67,5% del mes más negro, un 42% negativo en mayo y un -17,3% el siguiente mes. El segundo embate del bicho en el último trimestre del ejercicio arrojó unas perdidas de un 11,9% en octubre, que crecieron a un 26% en noviembre y se rebajaron a un 19,2% en diciembre. Por lo que se refiere al periodo veraniego intermedio, de julio a septiembre, el informe califica de “moderadas” las disminuciones al quedarse en un -5,8% de caída el primer mes, un -2,6% en agosto y un 5,3% también negativo en setiembre.

Estas grandes diferencias en función de los meses supone que las pérdidas no parezcan tan importante si comparamos años completos. Optando por el baremo de días laborables, la caída se queda en un 17,6%, ya que el retroceso fue de algo más de 960.000 vehículos de media en 2019 a 791.000 durante el pasado ejercicio. Si se incluyen los fines de semana, lo que se considera día medio, la estadística se dulcifica algo al quedar el descenso del tráfico en un 20% redondo, debido a la reducción de 861.496 a 689.094 vehículos de media entre 2019 y 2020.

De igual manera, en millones de vehículos por kilómetro que usaron la red viaria, otro de los parámetros que se utilizan para analizar el uso de las carreteras, la cifra también cayó alrededor de ese 20%, al pasar de 4.733 millones de vehículos por kilómetro el ejercicio anterior a 3.753 el pasado año.

Descenso. En el año pandémico, la red de aforos tuvo que escudriñar algunos kilómetros menos de viales con respecto a 2019. Los corredores y carreteras gestionados por la Diputación Foral también disminuyeron tras ceder cinco kilómetros a los municipios en algunos tramos que habían sido absorbidos en su uso por los cascos urbanos. Además, no fue inaugurado ningún nuevo tramo de carretera o autovía, lo que supuso que el departamento de Infraestructuras y Desarrollo Territorial controlara 1.273,4 kilómetros. De esta red capilar de asfalto, algo más de 213 kilómetros pertenecieron a vías de alta capacidad, mientras que los restantes 1.060 acogen carreteras convencionales. Lógicamente, el primer grupo es el que más tráfico aguanta, el año pasado una media de 32.853 vehículos cada día, mientras que las vías convencionales se quedaron en 3.086 diarios.

20%

Las fuertes diferencias de las pérdidas a lo largo de los distintos meses del pasado ejercicio implican que en el computo del año el descenso se dulcifique y se quede en un 20%.