Después de la tempestad, viene la calma. O eso dice el famoso refrán. Lo mismo ha ocurrido con la hostelería vasca tras las dificultades derivadas de la pandemia: después del mal clima han llegado los 'Soletes' de la Guía Repsol, en plural e igual de calurosos que el sol, ya que estos reconocimientos se han repartido para fundir a miles de cocineros, camareros o dependientes del Estado, entre ellos Sergio Ortiz de Zarate, Ricardo Pérez y la dependienta Nadia Angulo, con emoción.

La nueva calificación 'Soletes' ha reconocido a 1.000 establecimientos del Estado repartidos en 50 provincias y atractivos para los clientes. Locales recomendables para amigos o conocidos que, según la Guía Repsol, "despiertan una sonrisa y seducen con su propuesta apetecible y asequible" y que se señalizarán con un sol sonriente y de contorno difuminado.

La calificación incluye desde terrazas con vistas, vinotecas, chiringuitos, cafés y barras, hasta tabernas, restaurantes, heladerías y fast food. Desde la Guía Repsol matizan que este reconocimiento sirve para distinguir diferentes lugares desenfadados de los que "sales con una sonrisa y se convierten en un punto de referencia". En Euskadi han sido 91 los locales reconocidos, entre los que se encuentran tres grandes de Bilbao, como la Taberna de Zarate situada en la calle Fernández del Campo, Yandiola de la Alhóndiga y la pastelería Don Manuel en Urkixo Zumarkalea.

LA CALIDAD DE LO SENCILLO

Sergio Ortiz de Zarate tiene dos locales. El primero en llegar hace diez años fue Zarate, sin mucha decoración y serio, como sus elaboraciones. Tiene una estrella Michelin y dos 'Soles Repsol' y destaca por la cocina vasca, a diferencia de la más reciente Taberna Zarate, puesta en marcha antes de la llegada del covid-19, y que acaba de ser reconocida con un 'Solete'. El camarero quiso sacar la calidad de la sencillez. Así, el comercio ha dado "con la fórmula del sota, caballo, rey" y se diferencia del primero no solo por el precio, que ronda los cinco euros por consumición, sino por sus sencillos y tradicionales platos cuidados al detalle, pues además de su especialidad en la tortilla, también ofrece unas ricas croquetas y gildas.

Sergio Ortiz de Zarate, chef de la Taberna de Zarate y del restaurante Zarate. Pablo Viñas

La Taberna de Zarate se creó debido a la añoranza del dueño por la elaboración de platos sencillos y por sus ganas de montar un local informal y de diario donde los clientes pudieran disfrutar de unas cervezas, entre otras consumiciones. El chef recordando el 'Solete' recibido explica que aunque este premio solo sea una palmadita en la espalda, "esta te da fuerza para seguir adelante". Unas palmaditas añadidas a la fidelidad de sus clientes, pues con su tapa más popular, la tortilla de patatas, el chef ha conseguido llenar la taberna con el paso de los años.

Como el cocinero Ricardo Pérez, que lleva once años en el restaurante Yandiola y califica a su público fijo como "muy bueno". La terraza de su comercio acoge cada vez a más gente, sobre todo al público joven, ya que este último año Yandiola ha unido los cócteles y las copas a la música y a la amplia oferta gastronómica. Dentro de la carta informal, con la que se puede comer por las tardes y noches desde 15 euros, destacan su clásico Steak tartar, pues han sido siempre muy reconocidos en toda su trayectoria.

El camarero ha mostrado su orgullo y encanto tras el 'Solete' recibido y manifiesta que se ha valorado todo de su establecimiento, la calidad inclusive: "Creo que es un reconocimiento a una labor bien hecha y a un espacio agradable, bonito, con buen ambiente y una buena oferta gastronómica con un servicio, por parte del equipo de camareros, atento". Asegura que el premio le motiva a seguir preparando cosas. El equipo de Ricardo Pérez ha pasado una época muy dura y ese tipo de agradecimientos le "pone las pilas" y le genera motivación. Según Pérez hay que estar pendiente de todo y replantear algunas cosas, así como el cambio de chip de cómo se consumía y cómo se consume ahora.

Nadia Angulo es la hija de José Manuel Angulo, dueño de la mítica pastelería bilbaina Don Manuel, y dependienta del comercio. El negocio familiar Don Manuel lleva desde 1984 regalando sonrisas con sus dulces. La milhoja de pastel, con un precio medio de 2,25 euros, es la preferida de los habituales clientes. A Angulo no le cabe duda de que su local se diferencia por la calidad del producto y servicio, y cree que merecen el 'Solete' por su trayectoria y profesionalidad: "Estamos muy contentos y orgullosos". Aunque la pandemia, confiesa, no ha repercutido tanto en ellos porque no tuvieron necesidad de cerrar y los clientes hicieron pedidos on line, no saben si volverán a estar como antes.

José Manuel Angulo, dueño de la pastelería Don Manuel posa con sus creaciones. Pablo Viñas

Sin embargo, apunta que iniciativas como esta le ayudan a sentir motivación. Los 'Soletes' han llegado para quedarse, y es que la Guía Repsol está preparando ya la tanda de otoño, en la que prevén que destacarán otros mil establecimientos.