La brutal paliza al joven de Basauri ha provocado una cascada de condenas. Desde el Ayuntamiento de la localidad, que ha considerado "inadmisible" que se sigan produciendo ataques de este tipo, hasta las asociaciones que trabajan en favor del colectivo LGTBI+, todos han coincidido en la necesidad de no dejar de lado a la víctima y mostrar apoyo.

La institución ha asegurado que este tipo de actos, que tienen como objetivo coartar la libertad de las personas, son absolutamente "inadmisibles". Asimismo, ha recordado que "la libertad sexual es una conquista fundamental para avanzar en materia de derechos humanos y no es más que el indicador de la diversidad que, de facto, existe en nuestra sociedad".

Ha insistido, además, en que los recursos, como la Oficina de Información Sexual, el programa de educación en valores y los servicios sociales trabajan en esta línea desde hace años. El Consistorio ha mostrado su solidaridad con la víctima y su entorno, y ha puesto a su disosición todos los recursos municipales existentes.

Ares Piñeiro, secretario de la organización Errespetuz, ha reconocido antes no estaban asustados, pero que ahora este tipo de agresiones son habituales. Ha hecho hincapié, además, en la necesidad de una ley que proteja al colectivo LGTB, puesto que, a veces, este tipo de agresiones "no se tipifican como un delito de odio". Para él, no se trata de ser iguales, sino de tener el derecho a ser diferentes.

Elena Olaortua, abogada del Centro de Atención a Gays, Lesbianas y Trans (Aldarte), por su parte, ha advertido de que se está produciendo un aumento de agresiones contra este colectivo.

Para frenar la violencia homófoba, considera necesario romper con los estereotipos, que haya más trabajo de sensibilización y concebir la diversidad como un derecho. "Es complicado que la ley se aplique bien, hay un marco legal, pero hay que trabajar bien en ello", ha lamentado.

En Euskadi, asegura Piñeiro, "vamos cinco pasos" por delante que en otras comunidades, sin embargo, sigue habiendo mucha ignorancia y miedo. Esto se debe, según él, a que venimos de una sociedad muy atrasada. Lo que debe haber, remata, es mucha educación.

Olaortua ha concluido asegurando que la sociedad no está más concienciada hoy día, porque, para ella, hay muchas campañas pero "queda mucho por hacer, ya que no ha habido una interiorización del mensaje por parte de la sociedad".