La lekeitiarra Lexuri Badiola invierte cuatro horas diarias en transporte público para ir y volver de su puesto de trabajo en Getxo. Lo que resultaría agotador para cualquier persona, para ella, que como consecuencia de una diversidad funcional se mueve en silla de ruedas, lo es aún más. Cada vez que trata de subir a un Bizkaibus se enfrenta al contratiempo de no saber si la plataforma funcionará. Cansada de encarar este obstáculo cotidiano individualmente, inició una recogida de firmas para buscar una solución a lo que considera que es un problema social. Apenas una semana después, consiguió que Miguel Ángel Gómez Viar, diputado de Transportes y Movilidad Sostenible, se reuniera con ella y se comprometiera a buscar una solución con la concesionaria que presta el servicio. Desde entonces, Lexuri Badiola lleva un diario en el que registra todos los incidentes para, posteriormente, transmitírselos al diputado.“De la reunión salí contenta porque en poco tiempo conseguí que se me escuchara en un espacio fuera de lo común para mí”, relata Lexuri Badiola, desde la Intermodal de Bilbao, poco antes de subirse al autobús que la lleva de vuelta a Lekeitio. En su petición a través de change.org, en la que ha conseguido más de 10.000 firmas, explicaba que cada día se sube al Bizkaibus que va de la localidad costera a Bilbao a las 6.15 horas y regresa a las 16.45. Según afirmaba, “ninguna plataforma funciona correctamente”, por lo que hay días en los que no puede subir y debe esperar al siguiente autobús para llegar a su puesto de trabajo. En otras ocasiones, señala que, debido al desconocimiento de los conductores sobre cómo funcionan las plataformas, es ella la que tiene que darles las indicaciones. Tras interponer varias quejas en el Departamento de Transportes y Movilidad Sostenible, decidió ir un paso más allá a través de la recogida de firmas.

“Mi situación es un espejo de lo que les ocurre a millones de personas que presentan una movilidad reducida. Esta iniciativa la inicié para que aflore la situación de otras personas que se puedan encontrar con estas dificultades y para que haya una solución para todo el mundo”, revela esta trabajadora social de 27 años que trabaja en el Ayuntamiento de Getxo. “Llegas a un punto en el que piensas: si de manera individual no tiene efecto, vamos a buscar una respuesta colectiva”, expone la joven.

Lexuri Badiola inició la recogida de firmas el pasado día 6 y a las pocas horas ya habían firmado un número muy elevado de personas. “No solo la respuesta fue inmediata, sino que tuvo un gran impacto a nivel de redes sociales”, indica tras reconocer que mucha gente ha ayudado a que su caso tenga repercusión.

Reunión

Una semana después, Lexuri Badiola se reunió con Gómez Viar y Vidal Martínez, director general de Transportes, en un encuentro en el que también participó Aitor Esturo, responsable de Accesibilidad de Fekoor, la coordinadora de Personas con Discapacidad Física y/u Orgánica de Bizkaia. “Desde Bizkaibus alegaron que las rampas son mecanismos de cierta fragilidad, porque esas unidades pasan badenes y se pueden estropear. Se amparaban en que no les han llegado muchas quejas y no veían un alto número de incidencias”, explica este último, quien admite desconocer la magnitud real del problema, ya que “si una persona ve que Bizkaibus da problemas con las rampas, habrá un porcentaje alto que no quiera cogerlo para evitar pasar un mal trago”.

En cualquier caso, revela que fruto de esa reunión se adoptaron cinco compromisos. Por una parte, se acordó insistir en la formación de los conductores con respecto a la accesibilidad, para que supieran cómo se ha de proceder en el caso de que la plataforma dé problemas. Otro punto consiste en “testar rampas y plataformas, con un peso superior a los cien kilos, en un tramo de acera, para verificar si realmente funciona”, ya que estos elementos mecánicos son testados habitualmente en cocheras, en un espacio llano y sin peso. Además, se convino una mayor coordinación con los municipios para la adecuación de las paradas, porque mientras la Diputación coloca las marquesinas, son los ayuntamientos los que deciden el resto del mobiliario urbano que puede suponer un estorbo.

Además, de forma similar a cómo se realizan las paradas a demanda, pactaron adelantar la parada unos metros en el caso de que las plataformas tengan dificultades de funcionamiento debido a un coche mal aparcado, si la cera es irregular o la altura no es la adecuada... Por último, determinaron que se debe aplicar la orden foral mediante la cual, si falla una rampa o una plataforma, y en menos de quince minutos no hay un servicio que realice el mismo recorrido, la concesionaria está obligada a proporcionar un taxi adaptado o un vehículo en el que la persona con movilidad reducida pueda viajar.

Así lo recordó al día siguiente a la reunión el propio diputado, quien en preguntas a los medios señaló que es “inaceptable” que en un transporte como Bizkaibus, con los medios que cuenta, “sucedan estas cosas”. A pesar de ello, indicó que se trata de un problema “delicado”, ya que se trata de “rampas muy especiales”. “Todos entendemos que la fiabilidad al 100% no existe porque las cosas fallan y alguna vez puede dar un fallo, pero eso no es excusa para que sea una cosa continuada”, apuntó Gómez Viar. Por ello, indicó que la concesionaria ya está advertida y que tomarán “medidas en el momento que, tanto esta persona como cualquier otra, tenga un problema de estos y no se la atienda como debe hacerse”.

Seguimiento

“Poner el problema encima de la mesa es el primer paso. El segundo es llegar a materializar las soluciones”, expone, muy pragmática, Lexuri Badiola. “La primera que puede hacer esa comprobación soy yo”, admite antes de narrar que al día siguiente de la reunión, consiguió acceder al autobús, pero la plataforma se quedó atascada. “Al final el conductor la consiguió meter”, indica. En su siguiente trayecto expone que el conductor no consiguió que la plataforma saliera. “Intentó resetear el sistema y ni por esas”, señala. Finalmente, habló con la empresa desde donde le dieron unas indicaciones para que moviera el autobús de lugar y, finalmente, la plataforma salió.

“En la reunión se acordó el correcto funcionamiento de las plataformas, para lo que debían hacerse las comprobaciones pertinentes antes de sacar los autobuses de cocheras. A las pruebas me remito”, expone la lekeitiarra, quien reconoce que el diputado ha vuelto a llamarla esta misma semana para interesarse por cómo se están ejecutando los compromisos. “Le describí los dos sucesos y quedé con él en que íbamos a esperar unas tres semanas para detallarle mi seguimiento diario y que así decidiera qué medidas tomar”, relata la joven, a la que también le comunicaron que el Ayuntamiento de Lekeitio realizaría algunas mejoras en la parada. “Veremos si lo que se puso encima de la mesa se cumple”, indica Lexuri Badiola antes de subirse a la unidad de Bizkaibus cuyo conductor la saluda con un cariñoso “hola, maitti”.

Orden foral. Una orden foral de 28 de mayo de 2019 determina que si la rampa o la plataforma de una unidad de Bizkaibus no funciona, “la empresa concesionaria deberá asegurar la finalización del viaje a la persona usuaria”. De esa forma, se determina que si no hay otro autobús que realice el mismo trayecto en menos de quince minutos, la concesionaria deberá disponer de otro medio de transporte, ya sea un taxi adaptado o un vehículo adaptado de la propia empresa, que garantice el recorrido.

“Pensé: si de manera individual no tiene efecto, vamos a buscar una respuesta colectiva”

“El primer paso es poner el problema encima de la mesa; materializar las soluciones, el segundo”

Trabajadora social