María y Alfonso darán este sábado el sí, "seguro" a su nueva vida. Después de un año de pandemia y dos intentos más, frustrados por la crisis sanitaria, consiguen celebrar la ceremonia en el Jardín Berretaguren de Gueñes donde Xabier Uribarri mantendrá todas las medidas protocolarias para asegurar la boda frente al covid. Se trata de una prueba piloto en tiempo real con el que la Asociación del Sector Nupcial del País Vasco quiere reivindicar la celebración de estos eventos, pero cumpliendo con todas las normas.

María y Alfonso habían pensado casarse a primeros de 2020 pero dada la evolución de crisis sanitaria se vieron en la obligación de retrasar la boda hasta el verano del pasado año. Tampoco estaba la situación para reunir a un grupo tan amplio y querían disfrutar de este día tan especial con todos sus invitados, así que decidieron posponer el evento hasta el verano. Tampoco entonces se hacía recomendable celebrar esta fiesta, así que volvieron a retrasar la ceremonia.

Pero no querían dejarlo más tiempo, así que pensaron que la mejor manera sería garantizando la seguridad de los invitados y por supuesto de ellos mismos, realizándose una PCR previa así como un posterior seguimiento de los asistentes. Fue así como decidieron costear ellos mismo las pruebas del covid así como la de antígenos. Ninguno de los invitados se opuso y esto, junto el resto de medidas, que ya ha adoptado Xabier en la finca permitirá a los novios, sus amigos y familiares disfrutar de un día especial.

Las pruebas se han realizado este viernes. En principio estaba previsto que una furgoneta con una unidad móvil realizara las PCR a los 120 invitados en la explanada de San Mamés, pero debido a la adversa climatología han trasladado este campamento al propio hotel Carlton.

Según señalaron a DEIA fuentes de la organización del evento, la novia apeló al Gobierno vasco para que se adoptaran medidas que permitieran celebrar las bodas con total seguridad.

El propio Xabier Uribarri, vicepresidente de la Asociación del Sector Nupcial del País Vasco y miembro de la Federación estatal que se está constituyendo, señaló que "nosotros fuimos los primeros en cancelar las celebraciones el pasado año, porque lo primero es evitar los muertos y los ingresos en UCI". Teniendo en cuenta que es propietario de una finca cuyo negocio se basa en estos eventos la facturación se resintió drásticamente, pero "siempre hemos pensado que la salud está por encima".

Uribarri es una de las personas que se reúne con los miembros de Sanidad para exponer sus necesidades y dar nuestras aportaciones "pero ellos saben y tienen que valorar". También es verdad que "al final hemos podido ver que muchas personas han optado por hacer sus celebraciones en casas sin ningún tipo de medida".

La de este sábado es una prueba piloto con personas y celebración real que podrá demostrar que con las medidas protocolarias se pueden recuperar las celebraciones. El pasado año la facturación descendió un 92% y este año está en un 69%.