Con un ojo en la ágil transmisión de la cepa británica y otro en el atropellado ritmo de distribución de vacunas, el Departamento de Salud encara la pandemia este decisivo mes de febrero con esperanza y cautela a dosis iguales. El primero de estos factores mantiene su progresión y ya son 109 los casos identificados; el segundo, debido a los tiras y aflojas de las empresas farmacéuticas con la Unión Europea, impide que haya un calendario concreto aunque eso no significa el proceso de inmunización se esté resintiendo en Euskadi.

De hecho, los últimos datos confirman que casi el 30% de la plantilla de Osakidetza ha empezado a recibir la inyección. En total, 11.616 profesionales del Servicio Vasco de Salud han recibido la primera dosis y 169 la segunda, lo que supone que un 27,67% de los trabajadores ha sido vacunada. Una perspectiva más amplia del proceso que arrancó hace ya varias semanas muestra que 45.883 personas han sido inoculados con la primera dosis y que 14.657 personas tienen ya su 'pasaporte covid' después de haber completado el tratamiento.

Ante este escenario, ninguna voz autorizada del Ejecutivo vasco se atreve a dar por buena aquella primera valoración que ponía la vista en el verano para que la protección contra el SARS-CoV-2 fuera generalizada entre la población. Pero en idéntica -o peor- situación se encuentran el resto de gobiernos europeos. La propia Comisión Europea trata de hacer olvidar un comienzo de año horroroso, con los contagios disparados mientras las principales fabricantes de vacunas (Pfizer-BioNTech y Moderna) anunciaban recortes y retrasos en las entregas.

Este escenario ha impactado de lleno en la hoja de ruta y en las estrategias de vacunación diseñadas. También en la vasca que, a pesar de todo, no se detiene ni corre peligro de hacerlo. Hace una semana, sin ir más lejos, la Comunidad de Madrid y Catalunya, alegaron falta de suministro para suspender y retrasar el proceso. En cualquier caso, desde el Departamento de Salud insisten en pedir prudencia porque según decía su titular, Gotzone Sagardui, el ritmo no depende de las autoridades sanitarias vascas sino de Europa y de España.

VACUNAS DEL CORONAVIRUS

Además, hasta la fecha se alternan dos vacunas (Pfizer y Moderna) y se espera que próximamente entre en juego una tercera, la de Astra-Zeneca. Un hecho que en principio debería ser sinónimo de alivio y que permitiría incrementar el número de personas inmunizadas pero que, a tenor de las primeras interpretaciones lanzadas dese la Comisión Europea, podría tener contraindicaciones para determinados colectivos. Los principales afectados serían, además, las personas mayores de 65 años; precisamente el siguiente grupo que debería empezar a recibir la inyección.

Todas estas variantes son tenidas en cuenta por el equipo de profesionales que a diario analizan estos y otros datos sobre la evolución de la pandemia tanto en la geografía vasca como en comunidades cercanas e incluso en el continente europeo. Por eso mismo ese horizonte de verano para la inmunidad de rebaño se aleja. La propia consejera evita poner fechas porque se desconoce la cantidad de dosis que irán llegando a Euskadi. Eso sí, promete que la administración de las mismas se hará "lo antes posible".

Así lo manifestaba en la tradicional comparecencia de los martes para dar cuenta de los asuntos más relevantes sobre la evolución de la pandemia en Euskadi en la que confirmó que durante esta semana se continuará con el calendario de vacunación establecido: garantizando la segunda dosis en el ámbito sociosanitario (residencias) y administrando la primera dosis al personal sanitario de primera línea de Osakidetza. "Solo podemos planificar que las dosis disponibles se administren lo antes posible y de forma eficiente y ordenada. No es posible fijar un calendario cuando se desconoce el ritmo y la cantidad de dosis", apostillaba la consejera de Salud.