Salió de la que había sido su casa hace ya largo tiempo. Lo hizo, eso sí, con fecha de vuelta y para proceder a su puesta a punto. La guitarra de José María Iparraguirre, autor de la archiconocida canción Gernikako Arbola, reposa ya en una cristalera de la sala de la vidriera de la Casa de Juntas de Gernika después de ser restaurada. Presentado el lunes, y luciendo un mejor aspecto tras ser intervenido tanto en el exterior como en el interior, el parlamento vizcaino dio la bienvenida con un pequeño acto al célebre instrumento musical que tanto viajó por el mundo junto al célebre bardo de Urretxu, del que este año se han cumplido los 200 años de su nacimiento.

La presidenta de la Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui, estuvo acompañada en la presentación por la diputada foral de Cultura, Lorea Bilbao; el alcalde de Urretxu, Jon Luqui, y Laura Vicario, lutier que se ha encargado de restaurar el viejo instrumento de madera que vuelve a sonar. En principio se esperaba que sonara junto al Árbol de Gernika, de la mano del actor Kepa Gallego, metido en el papel de Iparraguirre, y la guitarrista Silvia Gutiérrez. No obstante, el mal tiempo reinante hizo que se hiciera bajo techo, en la sala de la Vidriera. “Como sabéis, el bardo de Urretxu está estrechamente ligado a este lugar con su canción Gernikako Arbola, que creó hace 167 años. Además, su guitarra forma parte del patrimonio de esta Casa de Juntas”, señaló Otadui, quien se mostró agradecida por tener de vuelta en Gernika el preciado instrumento.

La guitarra “ha sido restaurada para volver a tener su aspecto original”, indicó la presidenta de las Juntas Generales, quien recordó cómo había ido a parar a la Casa de Juntas el icónico instrumento de Iparraguirre. “Tras la muerte del bardo vasco en su pueblo natal, Urretxu, la guitarra pasó como legado al señor Castañeda de Zumarraga, quien acompañó en sus últimos momentos a Iparraguirre. Después, este se la dejó en usufructo al señor Zubiria, quien al fallecer dejó la guitarra en manos de don Pedro de Egaña, que la donó a la Diputación de Bizkaia para que se guardase en el mismo lugar donde estaba el roble al que Iparraguirre estaba unido incondicionalmente desde que creó el zortziko Gernikako Arbola, canto que representa hoy el símbolo de nuestros derechos históricos, las libertades vascas y el anhelo de paz”. Según narró Otadui, “en 1896 el diputado Fernando Olaskoaga realiza la solicitud y los trámites para que se exponga en la Casa de Juntas de Gernika y se construye para que se guarde y pueda contemplarse en una mesa acristalada. Y desde entonces ha estado en esta casa”.

Restauración

Por su parte, Vicario incidió en el minucioso proceso de recuperación de la guitarra, confeccionada con madera del siglo XVIII, que ayer volvió a sonar tras muchos años en silencio en el interior del edificio gernikarra. “Dañada por el paso del tiempo, por el paso de estación a estación, pese a haber estado guardada en una urna”, la experta aseguró que la guitarra ha sido sometida “a un proceso de limpieza exterior e interior, para su posterior reparación, utilizando colas naturales que fueron usadas en la misma época de construcción de la guitarra”. Tras desprenderla de impurezas, rayones y hendiduras, “ha sido barnizada con resinas naturales de elaboración propia. En su restauración, se ha tratado el instrumento frente a la carcoma y se han sustituido las seis cuerdas del instrumento por otras para instrumentos del siglo XIX; cuerdas agudas en tripa lisas y cuerdas graves de seda entorchadas en cobre chapado en plata”. La carcoma también amenazaba con silenciar para siempre el instrumento.

La guitarra de Iparraguirre pudo ser el lunes escuchada, si bien aún no está visible en la Casa de Juntas. “No puede ser vista en su lugar habitual ya que, debido a la pandemiaestá cerrado al público, no así su jardín exterior en donde se ubica el Árbol de Gernika, descendiente del roble que inspiró la célebre canción de Iparraguirre”, señalaron desde las Juntas Generales de Bizkaia.