Las pruebas de detección rápida de anticuerpos para autodiagnóstico del covid están en el ojo del huracán ya que muchas autoridades sanitarias desaconsejan su uso. También Osakidetza se ha pronunciado en su contra, mostrando reticencias sobre su eficacia. El viceconsejero de Salud, Iñaki Berraondo, reconoció la semana pasada que "estás pruebas no nos gustan, al aportar una sensación de falsa seguridad". Ese no es el único problema. Ya que con este procedimiento no se garantiza la trazabilidad de los contagios.

Asimismo Osatzen, la Sociedad de Medicina de familia, que agrupa a más de mil facultativos en Euskadi, recomienda no hacerse esta prueba casera "No mide si se tiene el virus (como mide la PCR o el test de antígenos), mide si se tienen unas proteínas (defensas) de las que no nos informa la cantidad, ni la duración, y este tipo de test es menos fiable que los realizados en el laboratorio". A su juicio, si se va al médico a pedir la receta y posteriormente se compra en la farmacia pueden ocurrir dos cosas. "Por un lado, si nos sale negativo, estamos en donde estábamos: mascarilla, distancia y lavado de manos. Y, por otro, si nos sale positivo, no sabremos si estamos infectados o curados. Además, si nos lo hemos hecho encontrándonos bien (asintomáticos), es muy fácil que sea un falso positivo", explican.

La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) fue una de las primeras en advertir sobre su uso, al señalar que los autotest, únicamente informan que el paciente ha tenido un contacto previo con el virus, pero no que actualmente estén infectados. Asimismo, indican que tienen un rendimiento "menor" que las pruebas realizadas en laboratorio.

Esta sociedad llegó incluso a requerir que las autoridades sanitarias se replantearan la aprobación de estos test. Así las cosas, el Ministerio de Sanidad anunció a las comunidades en el Consejo Interteritorial del pasado miércoles que va a estudiar su regulación. "Lo que nos preocupa es que esto genere una falsa sensación de seguridad. Y hay cuestiones de interpretación correcta que no son obvias. Además tenemos que asegurar la comunicación de los resultados a la red pública puesto que se trata de una enfermedad de obligada declaración", sostuvo Salvador Illa.

Todo ello a la espera de que lleguen de manera inminente los test de saliva, cuya generalización podría suponer una revolución para el control del covid. En este caso se trata de pruebas PCR o de antígenos basadas no en exudados nasofaríngeos, sino en saliva, con lo que la toma de muestras es mucho más sencilla.