Síguenos en redes sociales:

Sin Aste Nagusia, con responsabilidad

"No concibo un verano sin Aste Nagusia"

Pedro Prieto reconoce que "si Marijaja no viene, no hay fiestas"

"No concibo un verano sin Aste Nagusia"Oskar González

“¡Socorroooooooo!”. Pedro Prieto no concibe un verano sin Aste Nagusia. No en vano, ha participado y contribuido a ella desde sus orígenes en 1978, primero en la extinta Araba Etxea, y, un año después, ya en Moskotarrak, su comparsa actual. Reconoce, eso sí, que la situación actual no ofrece margen de maniobra. “Marijaia es muy inteligente; no hablará, pero se fija y sabe que este año no toca. Y si ella no viene, no hay fiestas. Llegará en 2021 sonriendo el doble”, confía, sin renunciar a la camiseta que le identifica como miembro de una de las comparsas con más solera y su inseparable canotier.

Pedro tenía apenas 22 años cuando surgió Aste Nagusia y su fervor popular. Presidente y fundador de la asociación Araba Etxea, una de las primeras comparsas, aquel 1978 le tocó organizar, prácticamente desde la nada, esa Aste Nagusia primigenia. “Fue una locura, empezamos todo desde cero”, admite. Al finalizar las fiestas, el 25 de septiembre de 1978, un grupo de jóvenes fundó Moskotarrak en el antiguo bar Iñarritu, de Fernández del Campo. “Siempre hemos intentado que fueran unas fiestas de todos y para todos; que todo el mundo tenga su hueco en ellas”, reivindica.

Más de cuatro décadas después - “nunca he faltado a una edición de Aste Nagusia, en la vida”-, sigue defendiendo aquel espíritu popular y participativo que forjó el nacimiento de la semana más especial de Bilbao. “24 horas de fiesta para todo el mundo, muy colaborativa y gratuita”, enumera. Junto al gran José Luis Iturrieta, fue uno de los artífices del despertar de las mañanas de Aste Nagusia, con los concursos gastronómicos, tras una década de los 80 en la que el desfase nocturno fagocitaba gran parte del ocio. Esas mañanas entre cazuelas y fogones vieron nacer también la comunidad slow food Makilaren Kofradia, de la que forma parte con orgullo.

Aunque no tuvo nada que ver con la situación actual, Prieto sí recuerda otro año en el que Marijaia faltó a su cita en Bilbao. Fue en 1980, cuando el entonces alcalde, Jon Castañares, y las comparsas rompieron relaciones y el Ayuntamiento organizó las Bilboko Jaiak. “Yo creo que fue una cabezonada de aquellos primeros años; menos mal que luego se recondujo. Las comparsas, para mostrar nuestro desacuerdo porque se pretendía hacer unas fiestas sin contar con los agentes sociales, nos fuimos de Bilbao a los pueblos. Nosotros por ejemplo fuimos a Portugalete con nuestra fanfarrias y ganamos el campeonato de Euskadi que se había convocado allí. Nos dividimos los pueblos para dejar vacío Bilbao”, rememora.

“Es una pena muy gorda”

Pedro no puede ocultar la tristeza que le produce no poder celebrar Aste Nagusia este verano. “Es una pena muy gorda”, admite. “Sobre todo por los niños, para los que cada vez hacíamos más cosas por las mañanas. Tengo una nieta de cinco años y todos los días me pregunta Marijaia, ¿qué? ¿va a venir?”. Eso sí, reconoce que la actual situación sanitaria no ofrecía muchas más alternativas. “No concibo un verano sin Aste Nagusia pero estamos en plena pandemia. Marijaia es muy inteligente; no habla pero se fija y sabe que este año no toca. Ha visto lo que pasa y ha dicho no voy este año. Y sin ella, no hay fiestas”, defiende.

Ello no quita para que Pedro vaya a salir esta semana a disfrutar de la compañía de sus amigos. Sabe que es un verano “completamente diferente” pero se resiste a renunciar a una mínima vida social. “Quedaremos a comer en el txoko, los que podamos según las limitaciones. ¿Diez? Pues diez. ¿Cuatro? Cuatro. También iremos a dar una vuelta por el Casco Viejo y saludar a todos nuestros amigos, que están intentando sobrevivir”. No le faltará la camiseta de la comparsa, ni su inseparable canotier. “Con todas las precauciones que nos pidan los sanitarios, no vamos a olvidarnos de lo que en esencia es Aste Nagusia”, defiende.

La comparsa tampoco ha renunciado a convocar, también este año, su tradicional Concurso de Feos, todo un clásico en la txosna de Moskotarrak, en esta ocasión de forma virtual. “Incluso teníamos una alternativa para esta semana si la cosa cambiaba y la situación mejoraba, algo que no ha pasado. Dentro de todas las dificultades, teníamos algunas cosas preparadas. Está plasmada, quedará para el recuerdo”, asegura sin desvelar cuál era su contenido. “Quizá algún día...”, se resiste. “Tenemos cositas pensadas también para el resto del año, a ver si podemos organizarlas...”. Y es que desde Moskotarrak tienen claro que “no vamos a parar. Seguimos estando muy vivos”. Ni siquiera lo hicieron durante el confinamiento, con el concurso Encierro Made in Bilbao, recopilando ideas para hacer más llevadero aquel encierro y buscando entre todas ellas la más original, divertida y solidaria. También desde el movimiento slow food convocaron un concurso de tortillas de patata virtual, coincidiendo con las fiestas de Indautxu. “Todo de forma virtual; la situación hoy en día no está para promover cosas en la calle. Esto ha venido para quedarse y tenemos que convivir con ello, con todas las medidas de precaución que nos pidan adoptar: mascarilla, distancias... Tenemos que ser positivos”. Confía, eso sí, en la edición 2021. “Marijaia llegará riéndose el doble”, sueña.

AL DETALLE

Esencia de Aste Nagusia. Aun sin actividades, ni programa de fiestas, Pedro Prieto no quiere olvidar la esencia de lo que para él representan las fiestas de Bilbao. “Tenemos que estar vivos, cumpliendo con todas las limitaciones. Esto no puede destrozarnos. Y con alegría, que es lo que es Aste Nagusia: el humor, el paréntesis, estar a gusto con la gente que quieres, los amigos...”, invita.

Optimismo. “Quiero ser optimista: a ver si para Santo Tomás la situación está algo más controlada y nos deja organizar algo con más libertad. ¡Sería una alegría tremenda para todos! Se está haciendo muy largo”, confía.