Galdakao - Aunque pareciera que la pandemia de covid-19 hubiera eclipsado las otras necesarias realidades de salud, lo cierto es que siguen ahí y, como mucho, se han ido postergando, pero ahora empiezan a aflorar. Tratamientos oncológicos, control de crónicos, de pluripatológicos, Simtrón, diabetes.... Y en el área de hematología la permanente necesidad de donaciones. La sangre, por ahora, no se puede fabricar y su única fuente son los donantes altruistas. “Aunque había dificultades y muchas barreras por miedo a los contagios y nos rompió nuestra programación habitual de salidas diarias, no podemos si no agradecer que haya seguido abierta esta fuente de generosidad sanguínea por parte de la ciudadanía vasca donante”, sostiene Antón Cobo, el presidente de la Asociación de Donantes de Sangre de Bizkaia.

También es cierto que, como consecuencia de la propia pandemia, muchas de las intervenciones no imprescindibles se han ido demorando por lo que resultaba más asequible cubrir las necesidades que se habían rebajado. Ahora, cuando la normalidad en las operaciones quirúrgicas va retomándose poco a poco, también la demanda de plasma va subiendo. “Y en este contexto el llamamiento a la generosidad vuelve a ser pertinente. No solo por este momento concreto, sino porque a la vuelta de la esquina están las vacaciones, una temporada donde habitualmente, como consecuencia de los muchos desplazamientos, el número de donaciones suele bajar. En las circunstancias concretas y especiales de este año, previendo que aumenten las intervenciones que se han ido retrasando, Antón Cobo lanza a la ciudadanía un mensaje de petición de ayuda para sostener y, a ser posible, aumentar el número de donantes “con el objetivo de llegar a las 450 diarias, que es el número que consideramos idóneo de autoabastecimiento sostenido. Desde que comenzó la pandemia hemos logrado mantenernos en unas 320 diarias, que dada la situación ha estado muy bien”, recalca.

En alerta El llamamiento tiene su importancia, no solo por las expectativas más cercanas, sino por las más que probables circunstancias de nuevo rebrote del coronavirus que pueda llegarnos en otoño. “Ojalá estos rebrotes que comentamos no sucedan y se queden en mera quimeras o cálculos pesimistas, pero es mucho mejor ponerse en esta tesitura de alta necesidad para estar cubiertos en cualquier escenario”, añade Cobo, presidente de la organización desde hace dos años, que trabaja codo con codo con el Centro Vasco de Transfusión y Tejidos Humanos de Osakidetza.

En la Comunidad Autónoma del País Vasco, la Asociación cuenta en sus archivos con un volumen de donantes cercanos a los 100.000, aunque realmente los activos, los más comprometidos se cifran en cerca de 45.000 donantes.

Ante esta pandemia, una apuesta no novedosa pero sí indicada puede ser la donación por parte de personas que han superado la covid-19, como previsión de aprovisionamiento para transfusiones caso de rebrote vírico. “Como se sabe que el virus no se transmite por la sangre, puede ser interesante una provisión de este plasma para caso de que fuera necesario. Por eso, a quien ya haya pasado la enfermedad le recogemos el plasma enriquecido con anticuerpos que puede ser un posible tratamiento para focos que pudieran llegarnos a futuro”. En todo caso, esto son otras formas de prevención como otros planes B, según lo que ocurra a futuro que, por muchos que algunos se empeñen en vaticinar, nadie sabe con certeza como será.

preocupación “El leit motiv de nuestras campañas del preverano vacacional es siempre el mismo; si la población se mueve, los donante se trasladan más y baja el número de donaciones, queremos que la ciudadanía se conciencie de que la única fuente de sangre somos nosotros mismos”. Teniendo en cuenta que nuestra sanidad es universal, pública y gratuita, la donación de sangre es un plus de altruismo que en el fondo es la mejor forma de querernos a nosotros mismos y a quienes nos rodean”. Porque la necesidad de sangre, bajo estos criterios-eje de nuestra sanidad, “no entiende de clases sociales ni de cómo sea nuestra bolsa, si no de la disponibilidad emanada de la generosidad de un donante”, recalca Antón Cobo, al tiempo que reconoce que en lo primeros meses de covid-19 tuvo sentido suspender intervenciones menores, “por el riesgo que suponía llevarlas a cabo solo se hacían las urgentes, pero ahora se está volviendo a la normalidad y debemos de disponer de los recursos que precisen”.

listas de espera Para el presidente de la Asociación de Donantes de Sangre vizcaina “habrá que intensificar las cirugías para poner al día al sistema sanitario, porque las listas de espera se amontonan también con este parón; es una suma de situaciones añadidas a las que tendremos que atender. Por eso, la idea es que en verano estemos lo más claramente posicionados con todos los materiales derivados de la sangre que son muchos y que tengamos a disposición de nuestro sistema sanitario todo lo que precisa”, recalca Antón Cobo. “Tampoco nos interesa tener donaciones multitudinarias sino sostenidas, porque la sangre se estropea y el estocaje de recursos para las necesidades hospitalarias no es nada fácil”, reconoce.