ADA día, a las 20.00 horas, la ciudadanía sale a sus balcones y ventanas para realizar un ejercicio de reconocimiento y homenaje a las personas que cada día trabajan, en muchos casos arriesgando su salud, para revertir la actual crisis provocada por la pandemia del coronavirus. El personal sanitario y demás trabajadores que cada día abastecen los servicios esenciales están viviendo una tensa tesitura en la que toda ayuda es poca, pero en la que cada granito de arena entraña un significado más allá de su valor material. La humanidad y la solidaridad mostradas son motivo de alegría para muchas personas.

Es el caso de la plantilla de la residencia Larrabarrena de Sondika, la cual se ha visto totalmente afectada por la actual situación. Más aún, teniendo en cuenta que es un hogar de personas mayores, el principal grupo de riesgo. Cuando el covid-19 comenzó a dar pistas de su alcance, el personal del establecimiento comenzó a tomar medidas. “Empezamos limitando las visitas del exterior y poco tiempo después las anulamos por completo por seguridad”. Además, han intensificado “el trabajo de auxiliares, para poder llevar a cabo atenciones individualizadas, y las labores de limpieza respetando los protocolos establecidos”, explicaba Ainara Solar, directora del centro. Por otro lado, el personal de la residencia sondikoztarra se muestra muy agradecido con la respuesta que están recibiendo ante esta situación: “La actitud de las personas usuarias ha sido sorprendentemente buena. Ahora mismo se encuentran aislados y las videollamadas constituyen su vía de comunicación con otras personas. La gente agradece el poder recibir mensajes de apoyo, de ánimo o de cariño. También estamos recogiendo muchos detalles solidarios por parte del Ayuntamiento. El alcalde, Xabier Zubiaur, se está preocupando mucho y se ha puesto en contacto con empresas para poder traer material de EPIs, mascarillas, etcétera”, señala. Por otro lado, han habilitado el Hotel Urban Sondika “para poder alojar a nuestro personal, además de trabajadores sanitarios”.

Y es que el Hotel Urban Sondika es otro de los establecimientos que se encuentra en la primera línea de la batalla contra el coronavirus. El establecimiento se encontraba en una situación de ERTE, cuando la Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento local pidieron a la dirección del mismo habilitar el espacio para acoger a personal sanitario y de la residencia y la respuesta fue inmediata. “En menos de 24 horas ya estábamos funcionando”, indica David García-Pascual, director del hotel. En cuestión de 48 horas, el establecimiento ya acogía a cerca de una decena de sanitarios ante una situación de lo más curiosa, según García-Pascual: “La gente que estamos alojando tiene horarios muy diferentes y estamos tratando de adaptar nuestros servicios a sus necesidades. El principio está siendo algo caótico, pero nos vamos adaptando”. A día de hoy, ocho empleados están cubriendo este servicio, sumándoles un grupo de voluntariado formado por cerca de veinte personas coordinadas por el Ayuntamiento. Y es que el Consistorio también ha entregado al hotel las mascarillas personalizadas cosidas por la cuadri de la aguja, es decir, los miembros del taller de costura que durante el confinamiento han elaborado estos materiales de manera manual para ayudar en la protección frente a la enfermedad.

Xabier Zubiaur, alcalde de Sondika, se muestra realmente satisfecho con la actitud vecinal en diferentes ámbitos: “Por lo general, la ciudadanía está haciendo gala de un comportamiento ejemplar. Estoy muy orgulloso de su respuesta solidaria”, traslada. En esta complicada situación por la emergencia sanitaria, “desde el Ayuntamiento, queremos enviar un mensaje de ánimo y agradecimiento”. Garantiza que “vamos a seguir ayudando de diferentes maneras y, por otro lado, estamos dispuestos a escuchar todo tipo de propuestas”. Se trata de circunstancias “nuevas a la vez que duras, pero entre todos conseguiremos darle la vuelta y volver a la normalidad”.

El Ayuntamiento está abasteciendo ambos centros con material de seguridad y grupos coordinados de voluntarios