- Fue un viernes muy duro en esta guerra sin cuartel contra el coronavirus. Mientras decenas de médicos, enfermeras, auxiliares y celadores de los hospitales de Bizkaia rendían un emotivo y sencillo homenaje a su compañera fallecida en el hospital de Basurto, tras contraer el coronavirus mientras desempeñaba su trabajo en el hospital de Galdakao, los datos de este parte de guerra fueron desoladores. Dieciocho nuevos fallecidos elevan a 71 los muertos por el coronavirus mientras que el número de contagiados en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) asciende a 1.464 con 275 nuevos positivos en covid-19 en solo 24 horas. Por territorios, en Araba fallecieron 48 personas con coronavirus, 17 en Bizaia y seis en Gipuzkoa. El territorio alavés sigue siendo el más afectado por esta pandemia con 703, casos positivos, con 224 ingresados. En Bizkaia la cifra de contagiados de covid-19 asciende a 539 personas, de las que 247 están hospitalizadas, mientras que en Gipuzkoa son 223 los casos contabilizados, de los que 79 permanecen hospitalizados.

La única buena noticia en este panorama tan desolador es que Osakidetza comenzó ayer a distribuir entre los profesionales sanitarios vascos las 400.000 mascarillas y 3.000 batas recibidas el jueves. En este sentido, el director de Planificación, Ordenación y Evaluación Sanitarias del Gobierno vasco, Mikel Sánchez, destacó que la protección de los profesionales sanitarios es “absolutamente prioritaria” para Osakidetza y el Ejecutivo vasco pero reconoció que esta no es una cuestión “ni de voluntad ni de capacidad económica”, ya que la falta de medios “está afectando a todos los países, a todos los estados de Europa”.

En la misma línea se refirió el lehendakari Iñigo Urkullu, que ayer presidió el comité asesor de ayuda del Plan Vasco de Protección Civil de Euskadi, y reconoció que el “reto” de su Gobierno es “garantizar el suministro de recursos médicos” para seguir prestando la atención sanitaria e hizo un llamamiento a que la utilización de ese material “siga siendo responsable”. En este encuentro, el lehendakari advirtió de que “aún queda mucho camino para revertir la situación”, porque, según dijo, esta se va prolongar “durante semanas y el impacto humano, social y económico va a ser muy elevado”. Urkullu dejó claro que desde el inicio de esta crisis han sido las autoridades sanitarias las que han “marcado el camino” y que así va a seguir siendo porque es la vía para superar esta pandemia que “tanto dolor está causando”.

Cinco prioridades

El lehendakari también anunció cinco prioridades: “Anticipación en la adquisición de material fungible para personal sanitario, especialmente EPIs y respiradores para residencias, transporte sanitario y atención domiciliaria municipal”. Garantizar una atención socio sanitaria en los espacios residenciales en coordinación con las diputaciones forales; desarrollar el Plan de Unidades de Cuidados Intensivos en los hospitales y de prestar atención a los colectivos de especial consideración; como los centros penitenciarios, de menores y de salud mental. También incidió en la importancia de salvaguardar el estado de salud y anímico de los profesionales de Osakidetza.

Urkullu recalcó que las administraciones tienen el deber de garantizar las necesidades básicas a la sociedad y entre sus prioridades señaló que están las personas más débiles y los mayores, a los que hay que “proteger”. Se refirió asimismo a las consecuencias económicas de esta pandemia y se mostró “preocupado” por la destrucción de la actividad industrial y comercial. “Los pequeños comercios, profesionales, autónomos, los talleres, las pequeñas y medianas empresas, nuestras grandes empresas. Todos los sectores tienen dificultades para mantener la actividad”, subrayó el lehendakari, quien alertó de que “queda por delante la parte más dura: las consecuencias personales de la pandemia”.

“Tenemos que garantizar la atención sanitaria y los servicios esenciales, al tiempo que, en la medida de lo posible, conservemos la actividad económica y el empleo”, resumió el lehendakari, quien instó a la ciudadanía que sea estricta en el cumplimiento de las medidas.